Capitulo.26

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Devuelta al deseo

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Devuelta al deseo.

Mikayla

Recibo el calor del sol que entra por la ventana abierta y la brisa caliente me eriza la piel como también acaricia mi cuerpo, no se que hago en un lugar tan reluciente.

<<Mí cabeza duele.>>

Husmeo a mí alrededor buscando mí móvil o lo que sea que me diga que hora es pero solo choco con algo que me gruñe igual que un perro enojado, abro los ojos y espero no estar en una..

Una habitación de hotel... estoy metida en este lugar mirando las paredes blancas sintiendo el cuerpo adormecido.

No recuerdo mucho pero se y tengo entendido que nada paso, mí vestido no está, la camisa que huele a él me cubre el cuerpo y viajo al lugar a mí lado observando como duerme.

<<Ya no comprendo porque hago esto.>>

Separé su brazo de mí cuello alejándome del calor de su pecho, no quería ver e intenté no hacerlo pero la curiosidad me gano.

Tiene el torso lleno de cicatrices y ni una mancha de tinta lo cubre, solo líneas con relieves rosáceos sobresalen de sus pectorales amplios y duros aunque algunas de esas marcas también llegan a los cuadrados tensos de su abdomen de piedra.

<<Hace calor.>>

Sus brazo derecho está sobre su rostro y puedo ver muchos dibujos hechos con diferentes tonos de celestes o azules, parecen súper héroes pero se que no lo son.

Desde la muñeca hasta su hombro un sin fin de ¿Dioses? No lo sé, abarcan su brazo musculoso en tanto el izquierdo no tiene nada.

Es un lienzo a medio hacer.

Sacudí la cabeza cuando acerqué la mano sobre los tatuajes y me detuve al notar que estaba por hacer el ridículo, mí mano quedó en el centro de su pecho sin tocarlo y cuando quise salir de la cama me tomo de la muñeca pegando la cicatriz de mí palma sobre su piel caliente.

—¿Te cuesta tanto hacerlo? .—Pregunto en un gruñido.

Aclare mí voz viendo cómo el tacto de mí piel contra la suya me causaba cierta estática en el cuerpo.

—Ya debo irme.

Retractar la mano no era algo fácil porque me seguía pegando a el, es como si me quisiera cerca cuando en el afuera frente a otros me trata igual a un animal sarnoso.

—Que mal que no te haya preguntado, ahora guarda silencio y deja que duerma más.—Tiro de mí otra mano aprisionándome contra su cuerpo, mí nariz choco en su pecho y el hedor a colonia suave me idiotiza.

Si paso más tiempo, si sigo aquí pasarán cosas de las que luego ya no querré salir.

Masón tiene razón en algo y es que Valtor es peligroso para mí como yo para el. Nada bueno salio de esto y que siga accediendo a cada cosa que me pide me jode más.

Deseos Insaciables [+21] |SANGRE, LUJURIA Y TRAICIÓNES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora