Capitulo.23

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Te llevaré a mí paraíso

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Te llevaré a mí paraíso.

Valtor

El deber que conlleva este cargo es pesado, no es para cualquiera y menos para débiles porque aquí o matas y comes del muerto o tu serás al que se cenen.

Las cajas con cargamento y partes de cuerpos van en diferentes aeronaves, una se va directo a Rusia como a otros lugares mientras que los restos de esas personas van directo a la mansión Húngara que se resguarda en el culo del mundo.

Echaran los órganos y partes de las personas sobre esa fortaleza como advertencia, ellos no tienen permitido salir de su territorio sin mi permiso. Los tratados se respetan y si se rompen les costara mas a ellos que a mi.

Muchas mujeres vienen y van, bajan de las aeronaves y se suben a otras siendo transportadas como carnada a algunos puntos que necesito que vean. Sumisas entrenadas para espiar.

Aun necesito a la proxeneta que controle a todas o volveré a perder a una de mis esclavas, por falta de una cortaron en dos a Brianda, Berenice aun sigue llorando y siendo una inútil que me estorba.

—Joven amo, aun tiene la propuesta con la señorita Belova.—Morris se acercaba a mi con las píldoras y el jugo que sabe a gasolina.

La charola que tiene en la mano ahora es de oro, viene con el traje a la perfección y con otro gesto en su rostro.

«Que carajos trama.»

—No me interesa nada de esa mierda, cuando construyes un imperio no tienes tiempo para sentimentalismos estúpidos que te quitan tiempo.

Hice a un lado su presencia yendo a la caverna subterránea que esta bajo las pistas de las aeronaves, los gritos dolorosos que atrapo con mis oídos recrean escalofríos en mi cuerpo, bajo cada escalón absorbiendo ese escabroso sentimiento.

—Debería considerarlo.—Murmuro tapándose la nariz con su pañuelo al percibir el hedor a putrefacción.

Pise los restos de piel como de otras cosas viendo a las ratas que recorren mis pies, no les importa si las puedo pisar, ellas pasan entre mis botas llevándose restos de cuerpos como carne que contiene gusanos.

Me paseo entre las celdas observando a los eunucos curarse entre si, algunos mercenarios que pagan su desobediencia con tortura y otros esclavos que están a punto de removerle los testículos.

—Deja de seguirme—Le pedi al ver como cruza cada celda viendo hacia todos lados.—No se que es lo que quieres pero no me interesa.

—Hay dos noticias que debe saber, ya sean por las buenas como por las malas.

Alzo los dedos viéndome con desespero, las ratas le chocaban en los pies manchando sus zapatos lustrados y este prefiere mantener la vista hacia arriba a ver como una se paro a su lado.

—Tienes poco tiempo.—Dije viendo mi reloj.

—La señorita Alina se quedara aquí por un corto tiempo ya que sus padres encontraron en donde estuvo quedándose, usted dijo que no la dejemos en manos de ellos así que la trajimos a su Penthouse al cual no pisa hace semanas.

Deseos Insaciables [+21] |SANGRE, LUJURIA Y TRAICIÓNES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora