Capítulo.14

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Piel de cordero

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Piel de cordero.

Damen L. Moore

Nunca pude apreciar este lado de la isla, jamás creí que tendría el placer de verla antes de la colisión. Pero como decía mi difunto padre... Jamás pierdas la esperanza y siempre vigila las posibilidades.

Hice cada cosa que me pidió, cada maldita palabra que salio de su boca la cumplí, desde formarme en el bando hasta tener contacto con sus enemigos logrando crecer en la mafia. Escale y esquive cada conflicto manteniendo en mente que debo cobrar cada insulto que me han hecho.

Cierro y abro la tapa del encendedor pensando y observando como los animales comen, pasean y juegan entre ellos como si no fuesen a morir en pocos minutos.

—Ese viejo debió habernos escuchado—Asher se coloco los binoculares al ver la avioneta esparcir el combustible por las hectáreas que arderán pronto.—Ahora estos pobres animales pagaran sus pecados.

Burlase de su propio gemelo, fingir no reconocer el rasgo Moore que llevo y hacer de menos mi presencia nos llevo a esto... Samael Moore pagara con sus hijos lo que hizo con nuestros padres.

Recuerdos.

Llegar a una isla en donde nadie te quiere y te desea la muerte es tener que caminar con una mano en el arma que te salvara la vida y con otra atrás sosteniendo otra por si la primera falla.

Aquí me condenaron a una vida de rechazo, Sicilia quemo la mitad de mi cuerpo por actos que yo no cometí, pero ellos se ensañaron con el pobre niñito que apenas nacía logrando quemar a mi madre y a mi cuando me tenia en sus brazos resguardándome de las llamas.

Recorrer estos pasadizos interminables en donde las personas escupen el suelo o simplemente te maldicen es agobiante, pero solo lo hago para mantener la paz, no vine a pelear con alguien que no puedo vencer en su juego.

—¿Estas seguro que nos dejara en paz? Mira lo que sucedió con aquel demente que nos arruino por "copiar" su Valhala.—Asher no se veía tan convencido, le tenia rabia al Zar y hasta juro matarlo.

Una pelea perdida no significa que no podremos ganarle otra, pero hay que esperar el momento adecuado. La vulnerabilidad de las personas y los momentos cruciales siempre llegan a tiempo dejando que los carroñeros disfruten el festín.

—No vinimos a pelear, solo queremos estar en paz con ellos ¿Comprendes?.

O al menos fingiremos para que nos crean.

Los pasadizos de Sicilia eran interminables, todos tenían un inicio y un final tormentoso en donde el centro del lugar dejaba a la luz lo hermosa que puede ser la Isla.

El suelo era de piedras cuadradas que brillaban de lo relucientes que están, el olor a flores, la comida y la música en las calles lo hacia ver como en un cuento de hadas en donde reina la paz y todo lo malo no existe.

Deseos Insaciables [+21] |SANGRE, LUJURIA Y TRAICIÓNES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora