Deseos Insaciables [+21] |SANGRE, LUJURIA Y TRAICIÓNES.

Capitulo.06

(Les aconsejo que lean escuchando la canción) Muakatela<3

Dollhouse.

Mikayla

Estaba sumida en la serenidad de mis pensamientos hasta que una tormenta espesa que me asfixiaba se torno encima de mi.

—¡Levántate!.—Grito fuerte y claro jalándome de los tobillos.

—¡¿Que demonios crees que haces?!.

Aterrice en el suelo impactando mí trasero en la madera que azotó mí piel, la pijama era delgada, no tenía como cubrirme.

—¡Me harte! Te llevaré a ese convento que te mencioné cuando eras niña.

Intento tomarme de los hombros antes de abalanzarse sobre mi pero fue algo estúpido, me hice a un lado y cayó al suelo.

—¡Oye! Que crees que haces ¿Que no ves que estoy en paños menores?.—Olivia se cubrió con su cobertor al ver a mí hermano intentando sacarme a rastras del lugar.

—Ahora no me importa verte las tetas, Bennet.

Una ceguera llena de odio hacia el me dejó con la vista negra, no puedo creer que se atreva a hablar de esa manera.

Tomé la almohada que estaba sobre la cama apoyandola en su rostro hasta asfixiarlo, golpeaba la superficie blanda dejándole dolor y no magullones en su rostro.

—¡Te voy a quitar esas mañas de imbécil!.—Vocifere y me lanzó lejos.

Siempre hemos peleado, es un digno oponente y no me hace de menos por ser mujer.

—Te voy a llevar a ese maldito lugar y te encerrare—Me señalo furioso, crei que ayer ya se habia calmado pero no fue asi.—Ya hable con las hermanas de la paz, dijeron que te recibirían.

—¡¿Cuantos años crees que tengo?! Ya no caeré en tus bromas infantiles.

Volvi a impactar la almohada en su rostro ardiendo en rabia, me habia costado demaciado adquirir un poco de paz para que ahora venga y me cague la puta mañana.

—¡Voy a arrastrarte si no sales por las buenas!.—Bramo, y detuvo los golpes que le daba a la almohada.

—Intenta hacerlo y le dire a mamá sobre la bastarda Matos.

Su cuerpo se volteo boca abajo sacándome de encima suyo de una amanera brusca, descubrio su rostro dejando que vea su mirada lugubre como una advertencia que me otorgaba escalofríos en los huesos.

Esta demasiado enojado.

—¿Cómo sabes de eso?.—Inquirió jalándome de los tobillos, le valió mierda mi amenaza.

—En verdad no quiero entrometerme en sus peleas de gemelos pero—Se aclaro la voz señalando hacia la puerta en donde el coronel estaba recostado viéndonos a ambos, sus gestos serios y llenos de odio me dejaron perpleja.—¿Puedes dejar de arrastrarla por el suelo?.