Deseos Insaciables [+21] |SANGRE, LUJURIA Y TRAICIÓNES.

Capitulo.35

Eslabones quebradizos.

Mikayla.

No sé que pasó, no entiendo cómo llegue a este extremo en donde todo se jodió por algo tan estúpido.

Jamás debí aceptar venir a este lugar, quiero volver el tiempo atrás y vivir en la ignorancia que me tenía protegida de un posible corazón roto o una bala entre las cejas.

De un posible secuestro, de una muerte asegurada porque si hago algo mal tendré un tiro en la frente por culpa de otros.

—Mi nombre es Sia Corleone, vengo de Italia y tengo dos hermanos...

—Cállate Sia, ellos no tendrán piedad por nosotras así que no gastes saliva ni tus lagrimas.—Bianca regaña a Olivia que está llorando hace horas interminables.

—M-Mi nombre es Sia Corleone, tengo dieciocho años y nací en Sicilia, Italia.. mí mamá.. mí mamá es.

El guantazo que le dan tras otro mas duro que el primero la deja muda botando un poco mas de sangre, después de molerla a golpes nos obligan a ver cosas que no queremos, por más que no desee ver, ellos nos abren los ojos por las malas.

—¡Déjala en paz!.—Leah le grita al sujeto que tiene la mano dentro del sexo de Violet.

La tienen en el suelo entre dos mas que le arrancan el vestido mientras la golpean cuando se niega a ser tocada por ellos.

—Ya les dijimos que somos modelos, venimos de la universidad artes de elite..

Bianca es arrastrada lejos de mí mientras yo estoy atada a una silla de madera, no quiero perderla de vista y me pongo como loca al notar que quieren hacerle lo mismo que a Violet.

—¡No! Déjala—Grite sacudiéndome.—¡No le hagan daño! Tómame a mí maldita sea.

El rechinar de la silla esta jodiendome los tímpanos como también el oir sus alaridos de dolor, aprieto los dientes pidiendo un poco de coherencia a mi cabeza porque lo que siento ahora me esta asfixiando.

Aprieto los ojos por unos segundos tratando de pensar pero alguien me jala de las hebras reclinando mi cabeza a la vez que me mete algo a la boca por la fuerza y no lo logro escupir, la saliva disuelve la píldora cremosa que me derrite la lengua bajando como un trago caliente por mi garganta.

—¡Maldita sea! Dejala..

Siento que mi cabeza da vueltas y que mi cuerpo esta envuelto en una capa de fuego que me hace hervir la sangre, mi piel esta sensible al simple toque de otros, me hacen sentir sucia pero a la vez tengo ese otro efecto en mi sistema que no me permite pensar bien.

Aprieto los muslos apenas el cosquilleo comienza a descender de la parte interna de mi mi sexo y la cara me hierve, estoy echa de fuego y lo que corre en mis venas es lava caliente.