Capitulo.28

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Apuesto mí cuerpo

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Apuesto mí cuerpo.

Mikayla.

No sé qué hora es, me duelen los muslos, no siento el trasero y tengo algo pesado entre las tetas que no me deja respirar.

La luz me quema los ojos además de molestarme, quisiera moverme y evitar ser calcinada por los rayos solares que entran pero la tonelada de peso muerto que está sobre mí no me deja.

Moverme no es una opción porque cada que respiro aprieta los brazos llevándome más contra su torso desnudo lleno de cicatrices.

Nuestra piel se volvio una estos últimos días, Valtor no me deja sola en ningún momento y se comporta extraño... no de la manera mala, sino de la dulce.

Creo que se le arruinó la cabeza.

Su barba pica en el valle de mis senos, estoy desnuda tanto como el, se la pasa entre mis tetas olvidando que tengo rostro o otras partes de mí cuerpo.

Acaricio su cabello conociendo las hebras castañas onduladas sin gel o fijador que tiene y soy consiente de lo relajado y lo lindo que es cuando duerme, no tiene esos gestos serios, solo es tranquilidad.

<<¿Cuánto durará esto?.>>

Tocó sus facciones de acero remarcando las cejas perfiladas y oscuras que adornan pestañas largas las cuales rodean sus preciosos ojos, me quedo contemplándolo como si fuera algo jamás visto... así como un unicornio.

—Buenos días, Szivem.—Dice escalando a mí cuello, besa cada parte de el hasta llegar a mí boca.

—¿Días? Ya es tarde, Buon pomeriggio.

Mí risa aterriza en su boca y la sonrisa suya se queda plasmada en mí mente.

—Sabes que me excita que hables Italiano.—Abre sus ojos derrochando ese deseo innato por esas esmeraldas que brillan.

No sé cuánto pueda tolerar a este ser, es lascivo, no tiene descanso y mí cuerpo no soportará otro de esos orgasmos arrebatadores de energía.

—Tengo hambre..

Procuro huir antes de que me agarre como juguete sexual de nuevo, ya perdí las cuenta de las veces que follamos ayer.

Desenvuelvo los brazos de su cuello pero el no repite lo que hago, es más, se aferra más a mí pegándome la erección en el abdomen.

<<Puto ninfómano.>>

—No huyas, será peor.—Advierte besándome el cuello.

El juego del coqueteo comienza con caricias suaves a las que mí cuerpo cede y me traiciona, sabe que debe hacer para tenerme en sus manos.

Pasea los dedos por mis pezones acariciándolos de una manera enloquecedora, las protuberancias erectas responden a la atención y me tiene gimoteando como desquiciada.

Deseos Insaciables [+21] |SANGRE, LUJURIA Y TRAICIÓNES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora