CAPÍTULO 33- Kei, el enemigo de un Dios.

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CAPÍTULO 33- Kei, el enemigo de un Dios.

A pesar de tener un asqueroso ambiente a su alrededor, Kei actuaba como si no le importara que las personas que ama estuvieran muertas y sus cuerpos estén siendo profanados por Orcos asquerosos.

Su gran sonrisa alegre no solo confundía a la chica parada frente a él, también la incomodaba. ¿Por qué alguien como Kei Molfer, una supuesta buena persona, está sonriendo en una situación así?

Ella quería verlo llorar y sufriendo, pero lo que recibió a cambio fue una sonrisa por parte de Kei.

—O-oye, idiota. Tus seres queridos están muertos. ¿No estás triste?

Kei bostezó y le dio una lamida a sus labios, mientras la misma sonrisa aparecía en su rostro.

—La vida sigue. ¿Mis lágrimas les regresaría la vida? No.

Con una fría respuesta, Kei comenzó a caminar hacia ella.

—M-maldito... ¡Eres un monstruo sin corazón! ¡Mereces sufrir más que ellas!

—¿Monstruo sin corazón? ¿Yo? ¿Por qué? ¿Tú llorarías por ver una simple ilusión?

—¿Eh?

—Yo no lloro porque es una simple ilusión. Si fuera real, sí lloraría.

Al abrir los ojos, Kei se dio cuenta inmediatamente de que se trataba de una ilusión, pero actuaba como si no lo supiera, simplemente para que la persona responsable de la ilusión, creyera que su plan funcionó.

A Kei le dolía ver a las personas que ama siendo profanadas por Orcos, pero ignoró su propio dolor y lo escondió, para no darle la satisfacción a ella de verlo sufrir o llorar.

—¿C-cómo lo...?

—¿Cómo lo sé? Bueno, es fácil de responder... ¡Mi madre está loca! ¡Cuando tenía 5 años, contrató a aventureras expertas en magia de ilusión! ¡Nos obligó a ver a nuestros seres queridos morir! La primera vez que pasó, Mei lloró demasiado. Yo también lloré y golpeé a mi madre. Luego ella me golpeó y casi me mató... Con el tiempo, Mei y yo fuimos capaces de saber lo que es real y lo que no. También aprendimos a eliminar ilusiones... Pero bueno, no quiero hablar de más... Dime, Fravi, ¿qué planeas hacer? ¿Creíste que me volvería loco por esto? Ese tipo de trucos solo funciona con protagonistas llorones y puros de corazón. Soy un chico amable, pero esto no me afecta nada. ¿Por qué? Porque no es real.

Es como sentirse triste solo porque un animal murió en algún videojuego o caricatura. Te sientes triste, pero no tanto comparado con el dolor de ver morir a una mascota.

Separar la realidad de la ficción es importante. Perder el control de las emociones por culpa de una ilusión es un error imperdonable, además de estúpido.

Kei no es idiota, es lo suficientemente inteligente como para saber qué hacer en este tipo de situaciones, además de descubrir la identidad de la responsable de esta ilusión.

Kei solo es idiota con las indirectas de las mujeres y creer que las personas le tienen lástima.

—¿C-cómo sabes que soy Fravi?

—Mei y yo somos resistentes a la magia de ilusión. Esta ilusión es muy poderosa... Y solo un Dios tiene ese poder. Aparte, ¿cómo sabía Near que yo soy el verdadero Kei? Ella no lo sabe... Y tú no puedes decirles mi identidad, ¿no? Si lo intentas, el Dios supremo te eliminaría.

Kei se paró frente a ella y levantó la mirada, para verla a los ojos.

Al intercambiar miradas, Kei le guiñó un ojo, enfureciendo aún más a Fravi.

Soy un ser inferior con la habilidad de seducir mujeres.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora