CAPÍTULO 43.5- Entrenamiento sexual.

14 2 0
                                    

(Extra- Las dudas de Sepgrar.)

Mientras Frima disfrutaba de una tranquila cena, Sepgrar estaba al otro lado de la mesa, construyendo un muñeco de nieve, pero con el puré de papa, divirtiéndose como si fuera una pequeña niña.

—¡Yei! ¡Me está quedando increíble!

—No deberías jugar con la comida, Sepgrar.

—Vamos, no seas aguafiestas, Frima. No hay nada que hacer, nos dejaron solas.

—Entonces juega en silencio.

—Buuuu. Que aburrida.

Sepgrar estiró los brazos y bostezó, cansada del ambiente silencioso.

—Ah... Fufu. ¿Y si vamos a espiar a Riafra? Tal vez hoy se anime a declararle su amor a su crush.

—No la molestemos, sabes lo difícil que es para ella decir lo que siente.

—¿Que tan difícil es? ¡Solo es decir "te amo" y ya! No es nada del otro mundo. Riafra se complica demasiado la vida. Me recuerda a mi primer novio, él era demasiado tímido y eso me terminó cansando. ¡Vamos, Riafra necesita nuestro apoyo moral!

Sepgrar intentó salir corriendo, con la clara intención de espiar a Riafra, pero Frima alcanzó a tomarla del cuello de la blusa.

—¡Uwaaaah! ¡Me dolió!- Dijo Sepgrar, quejándose porque el jalón de Frima la tomó de sorpresa y cayó al suelo.

—No la molestarás.

—S-solo quiero ver su progreso. Por favor.

—No.

Los ojos de Sepgrar se pusieron llorosos e hizo un puchero, para hacer sentir mal a Frima y conseguir lo que quiere: espiar a Riafra.

Y funcionó.

Frima se sintió culpable por haberla lastimado y desvió la mirada.

—Está bien, pero solo un po...

—¡En marcha!

Sepgrar la tomó del brazo y saltó por la ventana junto con Frima.

Sepgrar tenía una gran y juguetona sonrisa en su rostro, al contrario de la expresión preocupada de Frima, que realmente no quería interrumpir a Riafra.

—Esto es una mala idea.

—¿Y-y bien?- Preguntó un joven hombre, tembloroso, apretando sus puños, esperando ansioso el resultado.

Riafra se le quedó viendo seriamente, y después de 5 largos segundos de silencio, le sonrió y le levantó el pulgar.

—¡Mejoraste un 0.3%!

Un resultado tan, pero tan bajo, que cualquier mujer se sentiría frustrada y humillada por conseguir un resultado tan bajo a pesar del gran esfuerzo que hizo, pero como él es un hombre, ese 0.3% era más que suficiente para llenarlo de felicidad.

—¡¡Sí!!

El joven levantó los brazos triunfante, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

—¡Un nuevo récord!

Ese joven hombre tenía todo su cuerpo adolorido, ensangrentado y su ropa estaba tan rota, que estaba prácticamente desnudo. Entrenar por más de 12 horas con Riafra no era sencillo y, a diferencia de Kei, él sí se detiene a descansar, pero seguía siendo difícil para él seguirle el ritmo a Riafra.

Ella, al verlo tan feliz y lleno de felicidad, provocaba que su ritmo cardíaco aumente.

Una sola palabra define lo que ella siente por él: "amor".

Soy un ser inferior con la habilidad de seducir mujeres.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora