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Mayte Pov

Veo el teléfono, son las 17:03. La extraño a morir, Ale se fue durante el día y solo me dejó como consejo un "alejate de ahí" pero no puedo, no puedo alejarme de Fernanda,, no quiero en realidad.

Decidí dejar una habitación pequeña de la casa como oficina porque tengo todo en mi habitación y no quiero trabajar en el mismo lugar donde duermo, así que le pido ayuda a Hector que anda por ahí, aunque me da un poco de pudor verlo, pero no siento culpa. Quizás estoy siendo demasiado egoista, pero aunque él se casó con Fernanda yo siento que ella es mi mujer. Hector me consigue un escritorio viejo que había en una bodega y una silla. Dejamos mi oficina lo más decente posible y me siento a trabajar. Pienso en que necesito una cafetera urgente aquí mismo porque las horas que tengo que pasar despierta son muchas, además de un aire acondicionado. Creo que estoy pidiendo demasiado.

Tocan la puerta.

- Adelante - digo sin despegar la vista de mi computador.

- Hola patroncita - dice la voz más hermosa del mundo y siento mi cara de boba al instante.

Me levanto enseguida y la abrazo. Ella me besa.

- La eche tanto de menos - me dice colgada a mi cuello con su sombrero casi por caerse.

- Y yo a ti preciosa - la vuelvo a besar.

- Mire lo que tengo aquí - me muestra un celular.

- ¡Fernanda te lo compraste! - le digo.

- Si pues, fui al pueblo y me lo compré, pero no se como usarlo - me explica.

Le pongo candado a la puerta, tengo la intencion de sentarme en la silla a la par pero ella agarra mi cadera y me sienta en sus piernas. Le descargo las aplicaciones más importantes y le enseño a usarlo. No deja de acariciarme. Mete sus manos en mi cabello y me besa la frente, la cara completa. Se queda pegada a mi cuello y me muerde suavecito, se ríe mientras lo hace. Cierro los ojos y mi cuerpo quiere hacer lo que no debo.

- Fernanda no empieces por favor - le ruego entre risas. Concéntrate.

- Es que no puedo parar, ¿le digo una cosa? - entonces con una fuerza que no conocía me agarra y hace que me de vuelta en su regazo quedando frente a frente - Fui al pueblo y me daba tantas vueltas lo que hicimos esta mañana. Yo quiero probar todito con usted.

- Yo tampoco puedo dejar de pensar en lo que pasó, no puedo dejar de pensar en tí Fernanda - le respondo - Ya mira, aquí está listo el teléfono.

Le explicó como funciona Whatsapp y las llamadas, lo esencial para nosotras.

Tocan la puerta y me levantó rápidamente. Fernanda corre a sentarse donde debería estar sentada la capataz en una reunión con la patrona. Es Hector.

- Disculpe patroncita - me habla desde la puerta - estoy buscando a la mija.

- Aquí está Hector - le indicó.

- Mija yo me voy pa la casa oiga, llegue lueguito - le dice y le da un beso en la boca. Bajo la vista y me siento frente al computador.

- Si, no voy a llegar tarde - Le responde muy distante.

- Es que no hay nada pa comer - le sigue hablando tan cerca que me dan ganas de...me tengo que ubicar, la amante soy yo.

- Aprende a cocinar Hector - le digo.

- No patroncita, que eso es labor de la mujer de la casa - responde simpático como siempre.

- Muere de hambre entonces - le sonrío sarcástica pero no lo nota y se ríe de mi super "chiste". Soy una mala persona.

Sabor A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora