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Mayte Pov

Se queda con la puerta medio abierta y mira hacia adentro. Veo la mitad de su cuerpo con una camiseta larga y ropa interior debajo.

- ¡¿Qué quiere oiga?! - susurra sin salir de la casa y vuelve a mirar hacia adentro. Entiendo que está con ella.

- Sal Fernanda, te esperó - le doy una orden como nunca antes. Me doy vuelta para no dejarla decir que no.

- ¡Espéreme! - me dice y entra. Me imagino que irá a dar alguna explicación y ponerse algo de ropa.

Me quedo ahí de pie junto a su puerta, la esperó y se hace eterno. No quiero olvidar todo lo que le quiero decir, necesito mantener esta rabia que siento adentro. Doy vueltas desesperada intentando entender lo que está pasando en esa casa.

Después de unos minutos sale de la casa vestida. Cierra la puerta y se acomoda el pelo.

- Ya, dígame. ¿Qué quiere? - se cruza de manos y mantiene una distancia de dos metros aproximadamente. La luz del pequeño pórtico nos alumbra perfecto, lo demás es oscuridad absoluta.

- ¿Interrumpí? - le pregunto tan celosa que no lo puedo ocultar.

- Si, demasiado fíjese. Dígame para poder volver a lo que estaba ¿quiere? ¿Hay algún problema con el campo? - es tan cortante pero solo pienso en lo hermosa que se ve y como quiero besarla.

- No, tu sabes que no vengo a hablar del campo Fernanda.

- ¿Y de qué quiere hablar oiga? - pregunta y me quedo en silencio. No sé cómo decir todo lo que quiero decir.

- ¿Estás enamorada? - le preguntó, loca de celos pero esperando que la respuesta sea un no rotundo.

- ¿Y qué pregunta es esa? ¿Qué le importa a usted? - sonrie sarcástica.

- ¡Dime! Es solo una pregunta simple que requiere una respuesta de igual complejidad.

- ¡Si oiga! Estoy enamorada pero no es algo que quiera hablar con usted. Ya le dije ya que no somos amigas - responde distante, no le llega nada de lo que le digo. Me hiere y solo respondo a ese dolor.

- Que bueno, me alegro que estés viviendo tu amor tan libre - no entiendo cómo puede estar con ella sin ocultarlo.

- Gracias, usted también. La veo bien feliz.

- La verdad es que sí, Emi me hace muy feliz. Pero no como tú.

- ¡Qué bueno! ¿Era eso de lo que quería hablarme?

- No, quería preguntarte por qué.

- ¿Por qué qué?

- ¿Por qué con ella te atreviste a dejarlo todo, a contarle a tu mamá?

- Porque así fueron las cosas, no hay nada que contar. Además … - se guarda lo que iba a decir.

- ¿Además qué?

- Nada.

- ¡Dime!

- No, dejemos las cosas así. Me tengo que entrar.

- ¿Te están esperando?

- Si. Me están esperando.

- Dime, ¿además qué?

- ¡No señorita, déjelo así quiere!

- No Fernanda dime, ¿Además que?

- Usted se fue, no tiene derecho a venir a pedir explicaciones - por fin lo dice y era lo que quería escuchar. Quiero saber todo lo que tiene que salir de ella.

- Lo sé, sé que me fui y tú recordaste y no me buscaste Fernanda.

- ¿Para que la iba a buscar? Mire, creó que no tenemos nada que hablar, porque no se va dónde su mujer y me deja tranquila.

- ¿De verdad no quieres hablar conmigo? ¿No crees que nos merecemos eso por lo menos?

- No, yo no creo nada y tampoco quiero ¿sabe?

- ¡Que cobarde eres Fernanda!

No dice nada, solo mueve su cabeza a un costado y sonríe.

- No fui yo la que se fue-  remata.

- Tengo mis razones pero tú Fernanda, tu todo lo que no hiciste conmigo, lo hiciste con ella, con la mujer que tienes en tu casa, en tu cama, te lo pedí que lo dejaras que nos fueramos- subo la voz y me muevo inquieta.

- No quiero saber sus razones ¿Sabe? No me interesa nada de eso oiga. Yo estoy bien como estoy sabe.

- Fernanda prácticamente te rogué que me escogiera una vez a mi por lo menos, le dije.

- ¿Terminó? - me responde. La miro desconcertada y entiendo con dolor que mi Fernanda ya no está.

- No, no he terminado, porque no me hablas, porque necesito entender y tú te quedas ahí Fernanda.

- ¿Y que quiere que le diga? Usted se fue a viajar a conocer mujeres, quizás con cuántas estuvo y ahora, ¡Tiene una vida con esta otra oiga! ¿No cree que es bien descarada de venir a pedir explicaciones oiga?

- Si Fernanda, la cagué - ya no doy más y mi voz se quiebra completamente - la cagué en irme, no podía soportar tenerte tan lejos, no podía aguantar que los días pasaran y nunca volvieras a mi. Pero más que eso, tenía miedo de Hector.

- Tuvo tanto miedo que me dejó sola. ¡¿No me hable tonteras sabe?! Las cosas ya se hicieron, y no quiero hablar más de esta cuestión porque no vamos a llegar a nada - no hay nada en su voz, solo rabia. Ella me odia.

- ¡Ay Fernanda!, Pensé que te había dejado de amar - me mira, por primera vez en la noche me mira - pensé que te había superado, me hice creer que así era.

Su silencio me invita, me acerco y ella se aleja sutilmente.

- ¡No se acerque! Váyase! - se da vuelta hacia la puerta y antes de que abra me acerco a su pelo. Sin tocarla, solo dejo mi cuerpo cerca del suyo.

- Lo siento Fernanda - le susurro sintiendo su olor. Ella no hace el intento de entrar, se queda inmóvil por unos segundos.

- ¡Déjeme quiere! - se da vuelta y queda a cinco centímetros de mi boca.

- Fernanda- le hablo tan cerca que mi cuerpo siente un adormecimiento general.

- ¡Le dije que no se acerque oiga! - susurra molesta, se da vuelta y entra a la casa. Cierra la puerta y quedo ahí, con todo el cuerpo doliendo, las lágrimas sin pudor. No quiero irme, quiero quedarme en su puerta, para siempre. Esperándola.

Pienso ¡Un día Fernanda en un día me derribas el castillo de naipes!

Te amo - le digo a la puerta, teniendo la esperanza de que ella esté atrás igual de perdida que yo o quizás no. Quizás esto sea encontrarme, si es así, no hay forma de estar lejos de ella, nunca más.

Me devuelvo a la casona una vez más, como tantas veces, derrotada y llena de dolor, pero esta vez hay culpa. No quise verlo, por eso me mentí tanto y tuve la
necesidad de decir que ya no la amaba. iQué tonta fui! Como pude dejarla iCómo me pude ir sin luchar por ella?! Pienso que ya no hay vuelta atrás para
nosotras. Creo que el tiempo hizo lo suyo y es verdad yo nunca en la vida voy a sentir lo mismo que sentí con Fernanda. Pero si ella está enamorada de esa mujer...

Sabor A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora