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Mayte Pov

La soledad no es una buena aliada, no tener a una amiga me hace estar frágil porque no estoy viendo las cosas con claridad. No tengo a nadie aquí, solo me he dedicado a ella, pero ahora está todo más tranquilo. Sin pensarlo demasiado vuelvo a ciudad de México.

El viaje es corto, llego a la casa de Alejandra. Tengo llaves así que dejo mi maleta en su habitación. Me ducho y me quedo recostada en su cama viendo tele sin ver nada.

Ella llega y me siento aliviada. Corro a su encuentro, la abrazo y descanso ahí en su abrazo tan cercano.

- Amiga linda, ¿Qué pasó? - me dice sin soltarme.

- No sé qué hacer Ale, no sé. Estoy perdida - le digo inmovil en sus brazos, como una niña.

- A ver, sentémonos - me dice y me guía al sofá de la mano.

- okay - la sigo sin soltarla.

Nos sentamos y ella se levanta a preparar té.

- ¿Qué te tiene tan confundida?¿La pérdida de memoria de Fernanda? - me pregunta desde la cocina, moviéndose lentamente, sin prisa.

- Es que no sé qué hacer, si irme del campo, si quedarme. Que hago con Fernanda si no se acuerda de nada - le hablo todo lo que tengo en mi cabeza, sin pausa. - Yo la amo Alejandra, amo todo de esa mujer y sé que es tan difícil que estemos juntas - suelto un suspiro que viene desde mi angustia.

- A ver, vamos por parte - se acerca con las tazas de té y se sienta a mi lado - May, yo creo que esto es decisivo. Tu tienes que tomar el control de la situación. Fernanda te ama, si te amó antes es porque se puede volver a enamorar de ti o quizás se puede acordar en algún momento pero creo, sinceramente, que si te vas ahora serías muy cobarde porque además ella no está segura con ese tonto que tiene por esposo.

- Es que me duele verla tan lejos Ale, me duele no poder acercarme.

- Si sé amiga, lo sé, pero no es el momento de huir. Es el momento de luchar, de quedarte, de esperarla y conquistarla nuevamente. Dale tiempo Mayte, está sin memoria. Imagínate lo que sería si vuelve a recordar y tú te has ido. La perderías para siempre.

- ¡Ay Ale! ¡Soy tan tonta, tan cobarde!

- Si, lo estás siendo pero estás a tiempo. Mira, vámonos mañana al campo, yo te acompaño. Ten a Hector cerca, no lo despidas.

- No lo soporto Ale, no lo puedo ver - le explico desesperada.

- Yo sé amiga, pero ahora él tiene todo para ganar y no hablo de Fernanda como un trofeo, para nada. Ya basta de alejarte Mayte.

Nos acostamos juntas luego de escucharme llorar toda la noche, la abrazo y recuerdo a Fernanda. Pienso en sus brazos alrededor de mi cuerpo. No puedo entender como puede amar a una persona. ¡Como fui a enamorarme así!

Fernanda Pov

Salgo como todos los días al campo, a trabajar y me dicen que la patrona viajó a la capital. Tengo la sensación de haber ido para allá con ella pero no recuerdo nada. Siento un enorme vacío que no sé de donde viene. Caminó por el campo y tengo tantos recuerdos sin imágenes, no entiendo porque la extraño tanto. Solo puede venir su imagen una y otra vez a mi cabeza. El primer recuerdo que tengo de ella ahora es de ayer, cuando bajé del auto y la vi. Me preguntó si quizás nos hicimos muy amigas y ella sabe algo de mí.

Sin saber como, llego en mi yegua a un lugar que siempre me gusto venir de niña. Es un lugar muy apartado del campo, mi lugar secreto. Nunca he traído a nadie para acá porque es mi refugio. El lugar es un espacio lleno de pasto que está rodeado de árboles y justo al centro hay un solo árbol de hojas rojas. En ese árbol siempre dejo a mi yegua y descanso en él. Descansó un momento, tratando de encontrar el motivo de esta angustia, de esta necesidad de no sé que. Cuando fuimos a la laguna me sentí como una niña, feliz, tranquila e inquieta.

Sabor A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora