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Mayte Pov

La veo cerrar sus ojos frente a mí. Ilse entra cómo si nunca hubiese pasado nada entre Fernanda y yo y a veces, no entiendo su actuar. Fernanda se da media vuelta y sale caminando tranquilamente por el lado de Ilse.

- Hola - dice Ilse cuando pasa por el lado. Fernanda no responde y la amo por eso.

Ilse se acerca a mí y me besa. En el fondo, ella se da vuelta y nos mira por un instante. Terminó de juntar los sacos que no deberían estar aquí, pero ya da lo mismo. Intentó escuchar lo que me dice Ilse pero no puedo. No pensé que todo seguiría igual, no se movió ni un centímetro lo que siento por ella. Sigue aquí, soberana en todo de mí.

Pasan las horas y como cada vez que vengo a este lugar, pasa todo lento. Son casi las seis de la tarde y nos vamos a almorzar recién. Ilse no me deja ni un segundo sola.

Vamos caminando hacia la casona y la veo de lejos junto a una mujer que no conozco. Me acercó un poco más y cuando estamos a unos tres metros puedo verla mejor. Es una mujer de su estatura, de pelo muy rubio y está vestida de otra forma. Estoy segura que es extranjera, casi segura.  Están sentadas muy juntas y se hablan con mucha confianza. La tipa es lesbiana y lo sé, sabemos distinguirnos.

Me acercó y la saludó.

- Hola - estiro mi mano.

- Hola - me dice con acento.

- Ella es Agnes, ella es Ilse y Mayte mi patrona - nos presenta Fernanda. La miró y veo el brillo en sus ojos. La tipa está hechizada con mi mujer y ella con esa. Un dolor desconocido me recorre al instante.

- Diles de la fiesta - le habla muy cerca y me desespero pero me tengo que controlar.

- Ah so, hay una fiesta en un pueblo que esta aquí cerquita, y de puras mujeres - me dice.

-¿Vas a ir a una fiesta con ella?- Preguntó.

- Si, vamos a ir a las dos. ¿Quieren ir ustedes? - Fernanda me pregunta.

- ¡Vamos! - le digo sin saber a dónde ni con quién.

- ¿A qué hora? Dice Ilse. Y miró a Fernanda que solo mira a la tipa esa. Entiendo que ya no me quiere, además de estar embarazada, es posible que tenga una amante y me llenó de rabia.

- A las ocho dice Fernanda, a las ocho vamos a salir de aquí - habla pero sin mirarme. Solo la mira a ella.

- Vamos a vestirnos amor - me dice Ilse tomándome de la mano y llevándome a la habitación nos vemos a las ocho acá - les dice a ellas que siguen sentadas una junto a la otra. Volteó cuando voy entrando y veo a la mujer tocando a Fernanda en el costado de su espalda, debajo de su camisa. Es algo sutil, la toca con su dedo por el borde de la camida pero toca su piel y Fernanda se deja hacerlo. Me pregunto en en qué qué estuve pensando que me fui de ella.
Quizás si hubiese esperado ella habría estado conmigo iQue tonta y cobarde soy!

Nos arreglamos con Ilse y salimos. De verdad me dedico a verme linda, voy con jeans negros y botines, una chaqueta de ecocuero y una camisa debajo. Tengo mi pelo amarrado en una cola alta y me gusto demasiado en estos momentos.

Salgo y ellas siguen ahí. Fernanda se da vuelta cuando nos siente venir y me mira como antes, igual que aquel día en el departamento cuando me invitó a bailar con ella. Su mirada me sigue descaradamente.

Nos vamos en la camioneta del campo. Voy manejando yo con Ilse al lado y ellas atrás, super pegadas. Miró por el retrovisor y se ríen todo el tiempo de cosas que ni yo entiendo. Ilse va feliz de la nueva amistad de Fernanda porque entiende todo y le da lo mismo mientras Fernanda esté con otra persona.

Sabor A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora