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Fernanda Pov

Llevo tres días viviendo con la Nicole, no vive conmigo, solo se queda aquí en la que fue mi casa con Hector. Cuando me besa, cierro los ojos para sentir algo de lo que mi Mayte me hizo sentir. Cuando duerme y miró su cuerpo desnudo, su espalda, su piel blanca como la de mi amor. Imagino que es ella la que duerme a mi lado porque soy una persona muerta. No siento nada, la pasión que quemaba solo quedó en momentos que no van a volver. La odio pero si la viera, si pudiera tener un minuto de sus ojos en los míos, la odiaría más, pero mi cuerpo volvería a estar vivo.

Yo no sabía nada de la vida, nada de sentir hasta que llegó ella y me despertó la piel, los latidos, los ojos. Me sentí enferma, la sangre me hervía por dentro de tanto amarla. Me preguntó una y otra vez cómo es posible amar tanto a una persona, que la hace ser especial a ella y solo ella. La forma en que se encendía todo de mi cuando la veía. Cierro los ojos y suspiró porque me muero por volver a verla, aunque no la perdone nunca, aunque nunca más vuelva a besarla, necesito sentirme viva de nuevo.

Nicole no despierta temprano. Me levanto, me ducho y parece que algo pasa dentro de mí. Siento el roce de mis manos en mi piel, cierro los ojos y me veo aferrándome a su espalda en la ducha, ella adentro de mí. Y siento la necesidad de tocarme completa, de guiar a mi mano como lo haría ella en mi cuerpo. Me detengo antes de intentarlo y en lugar de sentir placer siento rabia y de nuevo me veo llorando en silencio bajo el agua de la ducha.

- May - la llamo en voz baja. Le imploro que vuelva con todo el odio que siento.

Salgo de la ducha, me visto y me voy a desayunar en la casona. Cuando llego están todos de un lado pa' otro.

- ¿Que pasó? - le digo a María que me toma en sus brazos.

- ¡Qué  esta re flaca, esta en los huesos mija! No sabe. ¡Llega la patroncita hoy! - me lanza el dato como si no significara nada para mí, sin piedad. ¿Quien tiene corazón para decirle a una mujer que estuvo tan enamorada que su mal amor vuelve después de un año sin verla, sin ningún tipo de precaución? Me voy corriendo.

- Oiga Fernanda, venga a comer oiga ¡No corra que más flaca se pone! - siento los gritos de María.

- ¡Shh, me comí tres desayunos! - le gritó de vuelta.

Siento tanta rabia y sin embargo, mi cuerpo la sintió, la tierra me lo dijo. Caminó sin descansó y llevo una sonrisa en la cara. Yo sé que ya no la amo pero por la chin... ¡Es ella! En realidad no me importa que vuelva. Lo mejor que puedo hacer es volver con Nicole. Vuelvo a correr casi la mitad del campo. Llego a la casa y ella está despierta.

- Hola - le digo sin aliento y me voy directo a su boca - hay una fiesta en la tarde porque llega la patrona - la beso con tantas ganas, con todo el cuerpo encendido de solo pensar que la voy a ver.

- ¿Y es pesada? - pregunta abrazada a mi cuerpo.

- No, no es pesada. Vístase pa' que vayamos oiga - la abrazo y la beso.

- Estas distinta Fernanda- me dice.

- ¿Cómo es eso?

- No sé, tienes un brillo algo raro, estás más caliente también. Me besaste muy diferente - me habla y sé lo que es.

- No sé nada yo, ¿No le gusta acaso?

- ¡Me encanta! ¡Tu me encantas! - mientras me besa desabrocha mi pantalón y la dejo. Me besa completa y es cierto, no es lo mismo que estar con Hector pero, tampoco siento nada. En realidad, yo no la toco nunca y eso me hace sentir un poco mal. No la deseo, no puedo. Puedo decir que con Hector nunca sentí nada, nunca tuve un orgasmo, ¡nunca! Con la Nicole a veces sí y a veces no, me cuesta mucho cuando lo logro. Pero con ella, ella solo tiene que mirarme.

Sabor A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora