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Mayte Pov

Cinco meses después vuelvo al campo.

Vuelvo al campo, vuelvo por fuerza mayor. Hay un problema con el tratamiento de la uva que estamos preparando para mi vino, el vino de ella. Ilse va a mi lado, se queda durante el fin de semana. Nuestra relación tomó más fuerza, nos fuimos a Buenos Aires por un mes, casi una luna de miel con muy poco romanticismo. Con los días me fui despojando de la idea de Fernanda, poco a poco dejé de pensar en ella y en la ilusión de estar juntas.

Con el tiempo me fui convenciendo que necesitábamos separarnos y cada una hacer su vida. Si no podemos soñar juntas es imposible una relación. La verdad es que esperó tener suerte y no verla. Se supone que no debería quedarme más de una semana aunque nunca es lo mismo estar aquí, las cosas resultan cuando estoy en el campo.

- ¿Estás preparada mi amor? - me habla Ilse.

- Si, estoy bien. No quiero hablar del tema en realidad - le digo muy seria porque de verdad no me siento bien.

- Tienes que pensar en lo que tenemos juntas, en nuestros proyectos de tener familia y comprarnos una casita.

- Lo sé Ilse no te preocupes. Tengo claras las cosas.

- Es que lo digo por la última vez, se suponía que no ibas a volver y ahora tienes que quedarte una semana o más acá y de verdad tengo miedo.

Buscó un lugar para detenerme en la carretera, lo hago a varios metros.

- Ilse, necesitó que confíes en mí porque yo también tengo que confiar en mí. No te estoy pidiendo un voto de confianza a ciegas porque sé lo que te hice y sé lo que significa Fernanda pero necesitó un momento de confianza, de creer en nosotras, en mí y en lo que podemos construir pero no puedo si intentas recordármelo. Por favor Ilse.

- Está bien amor - me besa y continuamos.

Entró en el caminó de siempre y de verdad no logro encontrar nada bello en el lugar. Se suponía que no volvería antes de un año.

Me sudan las manos, siento el corazón en la garganta al estar aquí, al recordar la primera vez que la ví. ¡Como me enamoró esa mujer! Como me volví loca por ella y me desconocí a mí misma. Me repito que no siento nada y recuerdo nuestra última conversación.

Flashback

- Fernanda, ¿estás ahí? - entro al galpón.

- Si, aquí estoy - me habla con su voz cortada - ¿Se viene a despedir?

- Si, Fernanda.

- ¿Se va?

- Sí

- Entonces váyase y no sé despida.

- Déjame hablarte las cosas por favor.

- Que usted me explique no van a cambiar las cosas, se va igual.

- Fernanda, déjame verte.

Ella sale de la oscuridad y mi mundo se cae a pedazos.

- Esa mujer la convenció, como usted me convenció de que fuéramos amantes, de engañar a Hector.

- Fernanda - intento decir algo coherente pero no sale nada de mi boca. Soy una cobarde.

- Usted es una persona cobarde señorita.

- Nosotras no tenemos un futuro.

- ¿Y a quien le importa el futuro oiga? Lo que vale es ahora - se acerca y mi cuerpo tiembla de amor - Usted se fue por el mundo, y llegó aquí, llegó a mí. Tenía planes oiga, usted y yo teníamos una vida con futuro pero todo cambió y así es la vida'. Yo soy bien ignorante sabe, pero hay algo que sé. Sé que yo la amo.

Sabor A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora