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Mayte Pov

- ¡De nuevo estas con ella María Teresa! - grita desde afuera y da golpes en la puerta. Completamente fuera de sí.

- Fernanda escóndete en el baño por favor. Perdóname por esto mi amor - le hablo mirándola a los ojos y siento tanta pena de vivir esto de esta forma.

- Tranquila usted, que yo entiendo - me besa y se mete al baño a vestirse, no puedo dejar de mirar su cuerpo desnudo cerrando la puerta. Me muerdo el labio de solo pensar que todo ese ser me ama.

Abro la puerta para que deje de gritar. Entra, no, empuja la puerta para buscar a Fernanda. Cierro todo y la tomo por el brazo. 

- ¡Controlate por favor! - le digo en voz baja.

- ¿Te la tiraste Mayte? Dime, ¿Te la cogiste de nuevo? - habla con más rabia que dolor y creo entender que ella no me ama. Sólo quiere ganar, no sé, hace mucho tiempo siento que ella no me ama. Debe ser que siento como me ama Fernanda y eso deja todo lo demás pequeño. 

- Ilse por favor, escuchame - hago una pausa - Yo trato Ilse, lo hago. Pero la amo - le ruego que se calme con los gestos de mi cara y manos. 

- La quiero ver Mayte ¿Dónde está? ¿Dónde está esa tipa? - me pregunta y escucho la puerta. Cierro los ojos porque se que es Fernanda.

- Aquí estoy ¿Qué quiere conmigo oiga? Dígamelo a la cara - Le dice desafiante y hermosa como nunca. 

- Granjera loca, ¡Estás embarazada, casada y tirandote a mi mujer! - se va sobre ella pero Fernanda le toma las manos y Ilse queda inmóvil. 

- Todo lo que dice es verdad ¿sabe? Soy Granjera, bruta, casáda y embarazada. Pero esa mujer es mi mujer y yo soy de ella - le dice desafiante mirándola a los ojos. 

- Cuéntale a tu marido entonces, ¿Ya que eres tan valiente para admitirlo? - replica Ilse.

- Eso no es problema suyo oiga, no se meta donde no la llaman - responde Fernanda.

- Tu te metiste en mi relación campesina loca - le suelta las manos.

- Yo no me metí oiga. Yo me enamoré de ella y ella se enamoró de mi, así que deje de molestar y armar problemas.

- A ver ¿Podemos parar? - digo algo para calmar la discusión que cada vez las tiene más cerca.

- Mira May tú no me hables. Me la vas a pagar, es todo lo que te voy a decir. Escuchame una  cosa, nunca vas a poder ser feliz con esta mujer, ¡Jamás! - termina su sentencia y se va. No sé que pensar pero cierro la puerta, y me dirijo a Fernanda para abrazarla. 

- Tenemos que arreglar este problema ahora mismo sabe - me dice acurrucada en mis brazos.

- ¿Y cómo lo vamos a hacer? - Preguntó.

- No se. No sé como lo vamos a hacer pero algo tenemos que hacer - me habla pegada a mí. 

- No estás pensando contarle a Hector ¿Cierto?

- No, no sé, no sé que hacer oiga. Yo sé lo que quiero pero no sé lo que tengo que hacer, tengo la cabeza como papa oiga. - da vueltas en la habitación mientras me habla. 

- ¡Ven acá Fernanda! - la tomo entre mis brazos nuevamente y siento como su cuerpo entra en tranquilidad. Pienso que tengo miedo, miedo de lo que vaya a pasar. Miedo a separarnos de nuevo. 

- Fernanda - me sitúo frente a ella con mis manos en su carita - prometeme una cosa.

- ¿Qué cosa?

- Prométeme que no nos vamos a separar. Júrame que pase lo que pase no nos vamos a distanciar nunca más. Yo no sé vivir sin tí Fernanda ¡Te amo como una loca mi amor! 

Sabor A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora