Sabor A Ti

13

Mayte Pov

Entramos a la casona por el mismo camino de siempre pero todo cambió, la felicidad de ayer se apagó con un interruptor. El caminó es pesado y voy manejando lento, ella no me mira. Va perdida en el campo que tanto ama y yo en el sueño que alguna vez tuve y hoy se desvanece. Todo se redujo a un sueño y no tengo poder sobre él.

Diviso a Hector en la entrada junto a Pedro, estacionó y Hector se acerca para abrir la puerta de Fernanda. Ella se baja y yo no puedo despegar mis ojos de ese
momento. El la toma por la cintura y le da un beso, un beso de verdad que ella responde como si yo no estuviera ahí, cómo si mi presencia no fuera nada, le
responde como si yo fuese su amiga. Me duele el cuerpo, tanto que no me puedo bajar del auto de inmediato, mis ojos se llenan de lágrimas y los limpió rápido para bajarme.

Me bajo, abro el maletero y Hector se acerca con Pedro para ayudarme.

- Hola patroncita - dice Hector.

- Hola Hector, ¿cómo estás? - le respondo mientras saca el bolso de Fernanda.

- Hola señorita - me saluda Pedro. Le paso una maleta pequeña con cosas importantes para el campo.

- Hola Pedrito, me lleva eso nada mas por favor que yo llevo la maleta - le digo y cierro el auto.

- Oiga le tenemos un desayuno bien lindo a las dos adentro así que vamos - me dice Hector.

- ¿Ah sí? Gracias. Vamos pero primero voy a mi habitación a dejar las cosas y me pongo algo cómodo, ¿Bueno? - les digo sin mirar a Fernanda. No puedo hacerlo.

Corro a mi habitación y aguantó el llanto que quiere salir. Me lo trago, me sacó la ropa y me pongo una camiseta suelta y short. El calor del campo es agotador, no son las 12 aún y ya está el aire caliente. Amarró mi pelo lo más alto posible.

Me detengo en la puerta, respiró, me armo de valor y salgo.

Caminó por el pasillo y escucho risas, también las de ella. De verdad creo que solo fui unas vacaciones porque no la veo afectada por lo que está pasando. Entro al comedor y por primera vez desde que llegamos me mira. Es intensa y me recorre el cuerpo por un segundo. Pero quita la mirada de inmediato y le responde algo a Hector que le pregunta. Se sientan a la mesa.

- Siéntese señorita - me dice Pedro, acomodando una silla para mí, lo hago y le agradezco con un gesto - tan grande que está. Toda una mujer yo la conocí tan re chiquita oiga - sonrío evitando mirar a Fernanda que está frente a mí de la mano de Hector.

- ¡Coma! - Hector me ofrece una bandeja con pan.

- No gracias Hector, no tengo hambre. Solo voy a tomar un café.

- Tan poco que come oiga - me dice Hector.

- Es que ya me comí un Hotdog de camino, porque me duele si como mucho - le explico a Hector lo mismo que le dije a Fernanda hace unas horas atrás.

- Oiga, ¿Y cuando vamos a conocer a su novio? Porque me imagino que una chiquilla tan linda tiene hombre ¿o no? - pregunta Pedro.

- Si no le buscamos uno - agrega Hector muy entusiasta y yo sólo sonrio.

- Tiene que encontrarse un buen hombre, que la haga feliz y que sea bien hombre pa sus cosas oiga - Sigue Pedro la conversación.

- Si pues oiga si las mujeres necesitan a un hombre al lado - dice Hector, se dirige a Fernanda y la mira - ¿Cierto mija? ¿Cierto que usted es feliz con su mijo aqui presente? - la toma por la cintura y la apega a él. Ella lo mira.

- Si- sonrie y lo besa. Apartó la vista y me concentro en mi café.

-¿Y como estuvo el viaje pa la capital? - pregunta Pedro.