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Mayte Pov

No he dormido nada, son las 5:30 estoy en la puerta lista y esperando a que golpeé.

5:32 am. Golpes en la puerta, abro. Es ella.

- Hola patroncita - susurra - ¿Vamos a tomar desayuno?

Le tomo la mano y la entró a la habitación, cierro la puerta y la apoyo en ella. Tomo su cara con mis manos y la beso. Me toma por la cintura y me jala hacia su cuerpo, cruza sus brazos por mi espalda y me abraza con fuerza.

- Buenos días hermosa mía - le digo sin despegarme de ella - vamos a tomar desayuno.

- Pero no aquí, vamos para otro lado, yo la llevo - me dice y sonrío.

- Yo voy contigo a donde quieras Fernanda - respondo.

Salimos de la casa como dos niñas, riéndonos solas de nada. Se sube a la yegua y me pasa la mano.

- Súbase - me dice y lo hago.

- Agárrense bien fuerte, que esta es como yo. - ríe.

Me abrazo a su cintura y hundo mi cara en su cuello. La yegua comienza a galopar y cruzamos el campo mientras amanece y no creo haberme sentido igual de feliz en toda mi vida, tan completa, tan llena de amor por dentro. La yegua frena el galope para comenzar a caminar y nos adentramos en un bosque hermoso y lleno de árboles.

Nos detenemos en un lugar increíble en medio de todos esos árboles. Fernanda se detiene por completo y apoya su cuerpo en mi, echa su cabeza hacia atrás y la deja en mi hombro, yo beso su cuello y nos besamos. Nos besamos con amor, como si fuésemos pareja. De cierta forma, lo somos.

Se baja y me ayuda a bajar, me rodea con sus manos para que mi caída no sea fuerte. Toma un bolso que trae en el lomo de su yegua.

- Aquí tenemos desayuno mi patroncita - me dice mostrándome el bolso.

- ¡Qué rico! ¿Hay café?- le preguntó, sin borrarme la sonrisa de la cara.

- Nombre, como se me va a olvidar su café - me dice mientras se acerca y me da un besito en la boca.

Nos sentamos en el pasto y sacamos las cosas que trae, no es mucho pero es perfecto. Es un termo con dos tapas que sirven de tazas, dos pancitos envueltos y dos trozos de pastel.

Ella se acomoda entre mis piernas sentada delante de mí con su espalda apoyada en mi pecho.

- Nunca pensé sentirme así oiga - me dice con un suspiro que interrumpe su declaración.

- Yo tampoco Fernanda, te juro que éste es el desayuno más perfecto que he vivido - le hablo y todo me parece cursi pero me encanta y quiero vivirlo así - saco mi teléfono - Tengo algo para ti.

- ¿Qué cosa? - se acomoda y queda de lado pero sigue entre mis piernas sentada.

- Una canción - le digo.

- ¿Verdad? - pregunta excitada - nunca me han regalado una canción oiga.

- Si, te tengo una para ti - buscó la canción en mi teléfono (amor amor - Pablo Herrera) y la dejo ahí entre las dos.

Me besa, me lanza hacia atrás, queda sobre mí y yo tendida sobre el pasto. Me abraza y escucha la canción abrazada a mí.

- Oiga, ¿me gusta mucho sabe?

- Fernanda algún día te la voy a cantar - le prometo.

-¿Lo promete? - me besa toda la cara.

- ¡Lo prometo! - la abrazó y creó que esto ya es más que pasión. Nos estamos amando.

Sabor A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora