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Mayte Pov

He decidido volver al campo con Emilia. Vamos a trabajar en el vino que dejé hace un año atrás para poder impulsar el negocio de mi familia y de la viña que está muy abandonada desde que llegó a mis manos. He sido pésima administradora, pero ahora que mi vida va en orden puedo dedicarme.

La verdad es que no he pensado en Fernanda, tampoco tengo muchas ganas de verla, siento que es un momento tan doloroso de mi vida que sólo esperó que ella esté tan bien como yo lo estoy y que haya podido hacer su vida tranquila y feliz. Pienso que me encantaría verla enamorada pero no de Hector de otro hombre quizás. Sonrío de pensar en como me cambio la vida desde que conocí a Emilia.

- ¿Estas preparada? - me habla Ale.

- ¿Para qué? - le respondo sabiendo lo que quiere decirme.

- Para ver a Fernanda, yo sé que no le has contado nada a Emilia pero … - le interrumpo.

- Yo no estoy con Emilia para olvidar a Fernanda, ella es parte de mi pasado Ale. Siempre la voy a querer pero ya no la amo - respondo tan segura de mí que sonrío.

- ¡Okay! - responde Alejandra - ¿Cuándo se van?

- Mañana a primera hora. Nos vamos por unos días y allá vamos a ver la situación y si nos quedamos un rato mas o nos venimos.

- ¡Que bueno! ¡Suerte igual! - me dice en tono irónico pero no entro en el juego. La verdad es que estoy tan segura de lo que siento que nada me puede hacer retroceder.

- Gracias amiga, gracias por todo. Yo sé que no confías en mí pero…- me interrumpe.

- Yo confio en ti amiga, pero Fernanda … ella y sigue siéndolo.

- Lo sé, pero no era para mí. Emilia si lo es - la abrazo para que se sienta tranquila.

Esperó a mi mujer con todas las cosas listas para partir mañana y llega tan hermosa como siempre, con su sonrisa que ilumina absolutamente todo. Trae con ella comida para las dos, cenamos, nos reímos, me cuenta de su día y nos vamos a la cama. Hacemos el amor con la misma locura de la primera noche. En un instante se levanta desnuda a cerrar la puerta y se viene la imagen de Fernanda corriendo a cerrar la puerta con el sombrero. Sacudo mi cabeza y entiendo que los recuerdos no tienen nada que ver con los sentimientos. Emilia se acuesta a mi lado y la beso por todo el cuerpo. 

- Te amo - me dice al oído. Por primera vez.

- Yo también.

Despertamos, no hay nervios, no hay ansiedad, no hay nada más que felicidad de ir con ella al campo. Mostrarle una parte de mí, de mi vida. De todos los escenarios que me imagine al volver al campo, nunca pensé en este. Estar yendo con la mujer de mi vida, con quien tengo una vida y con la que quiero estar todas los días.

Nos sentamos y miro sus hermosos ojos verdes que me sonríen tan enamorados y profundos. Manejo y vamos cantando, Emilia pone la música y siempre cantamos porque nos gusta lo mismo. Va viendo mis listas de spotify y encuentra una lista olvidada.

- ¿Y esto amor?¡Que horrible! - ríe. Era la playlist de Fernanda.

- ¡Oye! Me gustaron un tiempo, cuando estuve en el campo - le digo entre risas.

- Ah ya, pongámonos a tono. ¿Pongo una? - me pregunta y no lo dudo.

- Dale.

- ¿Cuál pongo amor? - me pregunta.

- Pone Que mas quisiera yo - lo hace y se va muriendo de la risa. Recuerdo cuando estaba en Madrid y escuchaba esa canción para morirme recordando a Fernanda. Ahora puedo hasta cantarla y reírme de todo lo que pasó.

Sabor A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora