90 MINUTOS

Capítulo XI

Kenjaku: Sé una buena niña y dame placer. Entrégame tu cuerpo.

Su boca se acercó a mi cuello besándolo lentamente, luego bajó hasta mis pechos succionandolos y mordiendo mis pezones. Emitía un pequeño chillido cada vez que lo hacía, me negaba a hacerlo por voluntad propia y evitaba a toda costa que kenjaku viera que había caído a sus pies.

Kenjaku: Me calienta aún más que te resistas. Obligarte a tener sexo conmigo es simplemente un arte.

Kenjaku se acercó a mi boca dándole pequeños besos, apretó mi cara mientras me observaba y su lengua mojó mis labios.

Kenjaku: Qué inocente y vulnerable te ves. ¿Acaso no te gustaría que este momento se repitiera?.

(TN): Los únicos momentos que quisiera que se repitieran serán con los de mi amo, Mahito.

Kenjaku: —sonrisa— Muy pronto vendrás a mi a pedirme más, más y más.

Kenjaku: ¡Grítame que quieres que te folle! Te diré y tú me implorarás por tener mi miembro.

Comenzó a morder mi cuello con gran excitación, jadeaba muy seguido y no pude evitar excitarme también. Esta vez emití un claro gemido que hizo que kenjaku sonriera.

(TN): ¡Para por favor! ¡Detente! —gemidos—

Sin hacerme caso prosiguió con lo suyo y yo ya no podía aguantar más. Las ganas sólo aumentaban a medida que los minutos pasaban.

Kenjaku: ¿Me detengo? —dijo mientras mordía mi cuello—

Kenjaku: ¿Me detengo? ¿Si? ¿Me detengo? —gimiendo—

Comenzó a penetrarme cada vez que preguntaba ¿me detengo? ¿Si?. Sentía lo duro y grueso de su miembro dentro de mi, mientras abría mi boca emitiendo claros ruidos de placer.

Kenjaku: —gemidos— ahhh qué placer escucharte. Acéptame y seamos amantes. Ahhh —gemidos—

(TN): Ahhhg Kenjaku—gemidos— yo no..yo no quería...

Kenjaku: Claro que sí. Ambos queríamos esto. —gemidos— Nuestras miradas nos delataban.

Ahora lo hacía más lento pero sin salir de mi intimidad. Mis piernas se abrazaban a su espalda, no quería que se detuviera y Kenjaku lo sabía.

Kenjaku: Me volverás loco (TN) —gemidos— Agghhh