90 MINUTOS

Capítulo XXXI

Kenjaku caminó por la habitación pasando por la puerta donde había entrado Mahito conmigo. Miró de reojo que todo estuviera bien y se acercó donde estaba él, sentándose en el otro extremo del sofá.

Kenjaku: -suspiro- Recuérdame el por qué sigo hablando contigo.

Sukuna: -sonrisa malévola- Bueno pues, porque salvé a una mujer muy especial para ti hace un tiempo.

La mirada de Kenjaku cambió de un segundo a otro, y para mi mala suerte escuché claramente las palabras de Sukuna.

Kenjaku: -aclarando su voz temblorosa y ojos llorosos- Sí, bueno. Eso ..no fue así del todo.

Sukuna: -palmoteando su espalda- Oh vamos! Tú sabes que fue así. Ella era todo lo que amabas en este mundo ¿no es así?. -mirando hacia la puerta donde me encontraba con Mahito.

Sukuna: A propósito. Luego de esa visita que le hice en el hospital de Seattle no la vi más. ¿Cómo se encuentra?

Kenjaku: No quiero hablar de eso.

Sukuna: No me digas que...-expresión de sorpresa-

Kenjaku: ... -apretando sus dientes mientras sus lágrimas caían una en una sobre sus rodillas-

Sukuna: No puede ser...eso no fue...

Kenjaku: ¿Por qué te haces el sorprendido? -su tono de voz era cada vez más alto- Luego de tu "ayuda" ¡¡Ella murió en mis brazos!!

Sukuna: Eso no puede ser...ella era parte del contrato, nunca quise que..

Kenjaku: ¡Pero pasó Sukuna! ¡Ya no la tengo aquí conmigo! Tú no sabes lo mucho que me lamento y no hay día en que no piense en ella.

Estaba detrás de la puerta escuchando todo lo que decían sentada en un sofá pequeño. Mahito estaba de rodillas observándome y acariciando mis piernas. Podía sentir como mi corazón se partía en mil pedazos al escuchar cómo Kenjaku había amado a alguien más y que aún le dolía su ausencia. Levanté mi mirada y le dije a Mahito:

¿De quién hablan?

Mahito: No lo sé (TN)...

(TN): ¡No quieras ocultarme la verdad! -dije con ojos llorosos-

Mahito: En..¡en verdad no lo sé! -mirándome con una expresión dolida- Jamás la conocí y Kenjaku nunca la nombró.

Mahito se puso de pie y caminó hacia la ventana para tranquilizarse. Podía ver cómo le dolió mi reacción, me estaba excediendo con él.

(TN): Perdón Mahito.no debí ...

Mahito: -interrumpiéndome- Está bien..lo entiendo...-sin dejar de mirar por la ventana-

Me levanté del sofá en dirección hacia él y al estar lo suficientemente cerca toque su espalda con delicadeza. Mahito suspiró sin dejar su posición. Me coloqué frente a él mirándolo con ojos grandes y una disculpa en mis labios. Mis brazos rodeaban su espalda y mi cabeza se apoyó en su pecho escuchando los latidos de su corazón.

(TN): Perdóneme mi amo...-susurrando-

Mahito: -Sonriendo mientras que sus brazos estaban tocando mi espalda respondiendo a mi abrazo- Para ser mi sumisa eres bastante brava..

Nos reímos al mismo tiempo. Mahito levantó mi mentón con su dedo índice hasta que llegara a nivel de sus labios. Me miró con ojos de amor susurrando:

Te amo (TN)...

(TN): Y yo te amo a ti Mahito...

Presionó sus labios contra los míos pudiendo percibir una reacción posesiva hacia mi. Sonriendo contra mis labios mientras que su lengua entraba en mi boca, emitiendo un gemido su mano sujetó mi nuca.