Capítulo XIX

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Mahito: ¡QUÉ MIERDA! —gritó—

Desperté con Mahito jalándome el cabello y arrastrándome por el suelo de la habitación.

(TN): Mi amo ¡no! Por favor, déjeme que se lo explique...¡Me duele!

Kenjaku despertándose vio la actitud violenta de Mahito y decidió intervenir.

Kenjaku: ¡Suéltala! ¿¡Dices amarla tratándola de esta manera?!

Mahito: ¡CÁLLATE! No me digas qué es lo que tengo que hacer o sentir.

Kenjaku: Sólo estábamos durmiendo abrazados. ¡No exageres!

Soltó las manos de Mahito que se encontraban aferradas a mi cabello, y me abrazó mientras yo no paraba de llorar.

Kenjaku: ¿¡Qué es lo que te pasa?! Jamás te había visto así antes.

Mahito: ¡Le dije a esta puta que se alejara de ti! ¡TE ESPERARÁ UN CASTIGO CUANDO LLEGUEMOS A LA HABITACIÓN!

Mahito: ¡Toma tus cosas y vámonos! ¡Es una orden! —tratando de quitarme de los brazos de Kenjaku—

Kenjaku: (TN) no se irá a ninguna parte. No permitiré que le pongas las manos encima.

(TN): Está bien..me lo merezco. Ya debo irme. —secándome las lágrimas—

Kenjaku tomó mis mejillas y mirándome preocupado siguió insistiendo enérgicamente.

¿Acaso estás loca? ¡No te irás con él y se acabó!

Mahito: ¡Saben qué?! ¡VÁYANSE LOS DOS A LA MIERDA! ¡Y TÚ (TN) NO ME BUSQUES NUNCA MÁS! ¡ESTO SE TERMINÓ!

Mahito caminó en dirección a la salida y yo salí corriendo detrás de él para rogarle que no se fuera.

(TN): —colocándome de rodillas— ¡Por favor mi amo perdóneme ! ¡Castígueme si es necesario pero no me haga esto se lo pido!

Mahito: ¡Te lo dije! ¿No es así!? Que no te acerques a este tipo. Y ahí estabas durmiendo abrazada. ¡ACASO TE FOLLÓ MIENTRAS YO DORMÍA?!

Kenjaku: ¡Por favor Mahito! ¿Acaso no te acuerdas lo que pasó anoche?

(TN): ¡Kenjaku! Prometiste no decir nada...!

Kenjaku: Mi amor no es algo que se pueda olvidar. Estábamos borrachos pero recordamos perfectamente todo lo que hacemos. ¡Muchas veces lo hicimos en fiestas! Por eso es que no te entiendo Mahito. ¿Cual es la diferencia?. Compartimos a muchas mujeres..

Mahito:  ...¿¡Qué?! ...la noche en el bar. Recuerdo que estaba muy bebido y (TN) tenía ese vestido provocador...¿ NO ME DIGAS QUÉ..?!!

Kenjaku: Nosotros...

Mahito: ¡Quiero que me lo explique (TN)!

(TN): Es verdad...¡pero yo traté de pedirle ayuda! Cuando Kenjaku se acercó...pero usted mi amo no reaccionaba...siguió dándome placer y no notó la presencia de Kenjaku.

Mahito: Es...¿¡Es una maldita broma?!

Kenjaku: NO. Ambos estábamos muy tomados pero en lo que sí podemos coincidir es que deseábamos con locura estar dentro de (TN).

Mahito: No puede ser...—tomándose la cara—

(TN): Mi amo...aceptaré todo castigo...

Mahito: Basta. No quiero ver a ninguno de los dos en estos momentos. Tengo que salir de aquí.

Mahito salió cerrando de un portazo aquella puerta. Quedé tirada en el suelo llorando a mares cuando Kenjaku trató de levantarme.

(TN): ¡NO!! ¡SUÉLTAME! ¿¡POR QUÉ DIABLOS LE DIJISTE?!

Kenjaku: Era preferible que supiera que de cierta manera él accedió a que tuvieras un contacto sexual conmigo incluso frente a él, antes que te tratara de zorra por "buscarme" . Deja que las cosas se enfríen, no lo busques.

(TN): ...Mi amo...—sollozando—

Kenjaku me abrazaba con una mirada de preocupación constante. Acariciaba mi cabello y apoyo mi cabeza en su pecho.

Kenjaku: (TN)...tranquilízate, ven a comer algo conmigo. Necesitas estar serena cuando Mahito regrese a hablar contigo.

(TN): ¡Pero él se fue! No va a regresar...—tono triste—

Kenjaku: Sí lo hará. Lo conozco.

Nos miramos fijamente mientras él secaba mis lágrimas con sus dedos. Su boca se acercó a la mía y antes que tocara mis labios, susurró:

Ahora, yo te necesito.

Su mirada de deseo dejaba bien en claro a qué se refería.

90 MINUTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora