Capítulo XVI

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Kenjaku: Joder. Que rico me lo mamas (TN)...—dijo gimiendo—

Mahito: Eres mi vicio mocosa —dijo mientras sus uñas rasguñaban mis muslos al follarme—

Sentía que me iba a desmayar, tenía a dos hombres haciéndome suya sin parar. Kenjaku manoseaba mis pechos y de vez en cuando cerraba sus ojos inclinando su cabeza hacia atrás. Cuando pude volver en sí observé que un pequeño reloj de pared marcaba las 00:00. Al unísono Mahito y Kenjaku dijeron dos palabras antes de correrse.

Mahito y Kenjaku: ¡TE AMO!

Mahito cayó rendido sobre mí y Kenjaku de rodillas al suelo. ¿Acaso había escuchado bien? Esos dos sementales me habían dicho ..¿te amo?. Espero que cuando salga el sol recuerden lo que sienten por mí para siempre. Mahito respiraba muy alterado por su boca y yo lo abrace acariciando su espalda.

(TN): Yo también te amo Mahito —susurrando en su oído—

Gire mi cabeza para ver cómo se encontraba Kenjaku, aún estaba de rodillas pero con los ojos cerrados. Al parecer el exceso de energía y la borrachera hizo que se quedara dormido en esa posición.

(TN): Mi amo. Ya es tarde. Debemos irnos.

Mahito: 5 minutos más

Me levanté como pude y coloqué el brazo de mahito por alrededor de mi cuello para ayudarlo a levantarse. Mahito se sentía con fuerza aún así que se apoyó con las dos manos en la mesa de billar, me acerqué a Kenjaku y me arrodillé frente a él. Mi mano derecha estaba tomando su mejilla y dulcemente le dije:

Kenjaku..ya es hora de irnos a casa.

Kenjaku: —mirándome somnoliento— ¿Dormirás conmigo? —tono borracho—

(TN): —sonriéndole— Sólo te dejaré en casa

Kenjaku: —haciendo pucheros— ¡Por favor! ¿Por qué no me amas? ¡Yo quiero que me ames! —lágrimas caían por su rostro—

(TN): Kenjaku...—mirándolo sorprendida—

Mahito: ¡Me ama a mi! ..y yo...yo la amo a ella —Tono orgulloso—

(TN): Mi amo..primera vez que escucho esas palabras de su boca. Me hace muy feliz —mirándolo—

Kenjaku: ¡YO TAMBIÉN TE AMO! También quiero hacerte feliz  ¿Acaso mis sentimientos no cuentan? —triste—

(TN): Chicos por favor. Vámonos a casa ya. —cabreada—

Kenjaku: Sólo si vienes a dormir conmigo. —mostrándome las llaves—

(TN): Mi amo...no creo que le guste la idea

Mahito: Creo que voy a vomitar —dijo mientras se tambaleaba afirmándose en la mesa de billar—

Los lleve como pude mientras ellos se afirmaban en mi, al subir por las escaleras seguían discutiendo  sobre quién se acostaría conmigo.

Kenjaku: Ven a mi habitación (TN)...esa pocilga de "hogar" que tiene Mahito es una ¡mierda!

Insistió tanto que tuvimos que subir a su habitación, obviamente Mahito nos acompañó también. Tomé las llave de Kenjaku y abrí la puerta, ellos entraron primero y desaparecieron en el pasillo hacia el cuarto. Cerré la puerta con seguro y me dirigí al dormitorio.

¿Chicos?

Mahito y Kenjaku ya se encontraban con el dorso desnudo y en calzoncillos acostados en la cama. Los observé un momento y decidí acompañarlos. Me deslicé por la cama quedando en medio de ambos.

(TN): Buenas noches —susurré—

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