Capítulo XXVIII

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Kenjaku tomó delicadamente mi mano hasta que nos encontramos frente a la cama. Me tomó en brazos y subió al colchón con sus sábanas desordenadas como era de costumbre. Sus labios estaban sobre mi cuerpo comenzando por mis piernas hasta mi cuello.

Kenjaku: -oliendo el perfume de mi cabello- eres tan exquisita (TN)...

Un estremecimiento en mi cuerpo hizo que humedeciera mi ropa interior. Él ahora estaba en mi cuello dándole pequeños mordiscos mientras yo soltaba un pequeño gemido.

El sonido de un timbre detuvo la atmósfera de golpe. ¿Acaso Kenjaku esperaba alguna visita? -pensé-

Kenjaku: -besando mi cuello- Se irán luego..

El sonido del timbre irrumpía otra vez.

Kenjaku: ¡Carajo! ¿¡Acaso no puedo tener un momento de placer tranquilamente?!

Kenjaku: ¡Oye Mahito! ¡Vé a ver quién es!

Mahito : -acercándose a la habitación- ¡No soy tu maldito sirviente!

Kenjaku: ¡Estás en mi maldita casa! ¿¡Acaso no ves que estoy en medio de algo con (TN)?!

(TN): Chicos ..por ..favor.. no discutan. Puedo ir yo. -dije levantándome en dirección a la puerta-

Kenjaku: -suspirando y agachando la cabeza- Maldita sean todos.

Cuando llegué a la puerta, abrí la manilla lentamente. Un hombre de cuerpo trabajado y musculoso con tatuajes en su rostro, pecho y brazos aparecía del otro lado. Su cabello corto era de color rosa y tenía una sonrisa muy grande. Podía jurar que sus colmillos eran iguales a un lobo.

X: ¡Hey preciosa! -mirándome de arriba abajo- No sabía que Kenjaku tenía compañía...-dijo con voz profunda-

(TN): Tú...-dije titubeando- eres uno de los que estaba en ese bar..

X: ¡Oh! -recordando quien era yo luego de escuchar esas palabras- Sabía que un hermoso rostro como el tuyo no lo podía olvidar. Tú eres (TN)...¿no es así?

(TN): -apretando con mis manos el marco de la puerta- S-sí..

X: Permíteme presentarme. -acercando su mano, sus dedos largos y sus uñas filosas como garras tomaba mi muñeca suave pero firme-

X: -Tomó mi mano y la acercó hacia sus labios, sus labios suaves besaban el dorso de mi delicada y pequeña mano-

X: Mi nombre es Sukuna. Es, un placer conocerte -sus ojos se dirigieron hacia mí, su mirada mostraba la intensidad de su alma-

(TN): Ho-hola...-desviando la mirada mientras un pequeño rubor se asomaba en mis mejillas-

Sukuna: -sonriendo de par en par- ¿Estás...sola en casa?

(TN):  No...Kenjaku está en la habita-

Me detuve en esas palabras. Aunque para los hombres de este lugar es normal, yo, seguía siendo una mujer tímida y novata al respecto.

Sukuna: ¿Está en la habitación? -completó la frase-

Sukuna dió un paso hacia adelante y soltó mi mano. Al encontrarme aún más cerca de él pude notar lo alto que era. Inclusive un poco más que los chicos. Su actitud imponente y su perfume me embriagaba.

Sukuna: -mirando a su alrededor- Pareciera que, no quiere salir a recibirme. -cambio su mirada a una más cabreada-

(TN): Oh no..Si quieres los iré a buscar...

Sukuna: ¿Los? -frunciendo el ceño- ¿Alguien más está aquí?

(TN): Sí..Bueno. -nerviosa- está, está Mahito también.

Sukuna: Ya veo...-mirándome fijamente- Entonces, eres una mujer muy liberal..

(TN): Ehhh...yo...no quise decir..eso...

Sukuna me arrinconó con su enorme cuerpo hacia la pared y me miró con esos ojos como fuego para decir algo más:

Eso me gusta...las mujeres como tú, liberales..hacen que mi cuerpo vibre...

Sukuna se acercó hacia mis labios exhalando aire caliente mientras comenzaba a tener una erección sobre mi ropa interior.

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