Capítulo XXXIIII

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Le sonreí ahora más tranquila y nos dirigimos al departamento que se encontraba Mahito. Abrimos despacio la puerta sin hacer el más mínimo ruido pero, Mahito estaba de brazos cruzados mirando en el pasillo.

Mahito: ¿Qué se supone que haces afuera (TN)?

(TN): -mi sonrisa se borraba de mi rostro- Oh Mahito ¿te despertamos? No era mi intención.

Mahito: ¡Ven de inmediato a la cama! -tomó mi muñeca con fuerza y comenzó a caminar conmigo a la cama.

Kenjaku: ¡Ey! No la trates así. -cerrando la puerta detrás de él-

Mahito: ¿Tú por qué sigues aquí? Nadie te invito. Ésta no es tu casa.

Kenjaku: Y la tuya tampoco. Es de choso.

Mahito: Estoy a cargo de ella. Y con eso basta.

Kenjaku: -tomando mi otra muñeca y deteniéndome en el pasillo- Te recuerdo que ambos somos amantes de (TN), no puedes sólo hacer lo que se te plazca.

Mahito: ¡Yo fui su primer hombre! ¡Yo la hice mujer! ¡MI MUJER!

Mahito: ¡Tú solo viniste a confundirla!

Kenjaku: ¡Claro que no! ¡Yo estuve cuando TÚ TE FUISTE DE SU VIDA! La traté como un ser humano, cosa que tú jamás hiciste.

Mahito: ¡Y REGRESÉ! ¡REGRESE POR ELLA! prometí que jamás lo volvería hacer...

(TN): Chicos por favor...no sigan con lo mismo...yo..-mi entrepierna y mi ropa interior comenzó a teñirse de color rojo, mi menstruacion había vuelto-

(TN): -Mire hacia abajo con sorpresa y alegría. Los chicos seguían discutiendo y los interrumpí diciendo-

¡CHICOS! ¡CHICOS! YA ES SUFICIENTE

Mahito: Qué es lo qu- ¿acaso te estás desangrando? -mirando sorprendido mis piernas-

Kenjaku: Oh ¿Eso es...-su mirada parecía triste- ¿Eso quiere decir que no seré padre?

(TN): Nadie será padre ésta vez...-suspirando-

Mahito al que esperaba ver feliz, no se veía tan convencido.

Mahito: ¿Es...-mirando confundido-

(TN): Se llama menstruacion mahito. Eso indica que no serás padre.

Mahito: Oh..bien. Creo. -tono serio-

Kenjaku: He escuchado que ustedes las mujeres necesitan utilizar algo. ¿Toallas higiénicas tal vez?

(TN): Pueden ser útiles sí. ¿Podrías traerme algunas?

Kenjaku: Es...-rascándose la cabeza- es que no tengo. Nunca he tenido a otra mujer en mi departamento así que, no me he visto con la necesidad de comprar.

Mahito: ¡Qué inútil eres! Yo iré a robar unas a la tienda. Ya regreso.

(TN): Gracias mahito.

Kenjaku: Entonces. Te buscaré ropa para que te cambies. -tomó de mi mano y me llevó al baño-

Mahito salió del departamento en busca de mis toallas higiénicas. Cuando quería serlo, él era muy tierno.

Kenjaku: Te limpiaré la sangre. Siéntate aquí.

Me llevo a una pequeña silla y me sentó muy cuidadosamente. Tomó un pequeño trozo de papel y limpió la sangre de mi entrepierna con un cariño muy especial.

Kenjaku: -sonriendo-

(TN): Me alegra mucho verte así

Kenjaku: Me gusta la vida que llevo ahora. Mi vida...era un caos constante ¿sabes?

(TN): ¿Las cosas han cambiado?

Kenjaku: Desde que llegaste a mi vida. Todo cambió. Veo el mundo de otra manera. Mi familia, mi vida eres tú (TN).

Kenjaku se detuvo por un momento y me observó con atención.

(TN): ¿Qu- qué es lo que pasa? -dije nerviosa-

Kenjaku: Quisiera ...saber qué es lo que sientes por mí. Lo que está dentro de tu corazón.

(TN): Bueno..tú estuviste conmigo cuando Mahito desapareció de mi vida. Fuiste muy bueno y me quisiste como siempre he soñado. Aprendí a quererte mucho en este tiempo. Y por esto me dolía verte mal y sufriendo. Por. Bueno, tú sabes de sobra.

Kenjaku: ella ya es parte del pasado. Debo dejarla ir. Vivir con su recuerdo me estaba destruyendo.

Kenjaku: ¿me amas?

(TN): yo..-sonrojándome- aprendí a amarte, sí. No con la intensidad que lo hago con Mahito pero. Sí.

Kenjaku: Y jamás te quitaría ese sentimiento (TN). Entiendo que es tu primer amor. Yo pienso de manera más libre que Mahito.

Kenjaku: Pero, aún así. Quisiera saber si. Puedo inmortalizar el amor que siento por ti con hechos.

(TN): ¿A qué te refieres?

Kenjaku: Ustedes los humanos. ¿Cómo le llaman a lo que deciden unir para la eternidad?

(TN): ¿El matrimonio?

Kenjaku: Sí. Eso. Matrimonio.

Kenjaku se puso de rodillas y besando mi mano dijo:

¿Quieres...quieres ser mi esposa?

Mis ojos se abrieron de par en par sin poder creer lo que Kenjaku me decía en ese momento. Justo en ese momento Mahito había llegado con mis toallas higiénicas.

Mahito: Ya llegué. -cerrando la puerta- ¿Dónde están?

90 MINUTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora