90 MINUTOS

Capitulo XXIV

Mahito: Hagan sus estupideces en otro lado. Y déjenme pasar.

Kenjaku: -besaba mi cuello mientras me tomaba firme de las caderas subiéndome y bajándome de su miembro- Oh vamos, que viejo gruñón te haz puesto

Mahito: Aprovechaste el momento y me quitaste a mi presa. ¿Qué esperas? -apretando los puños-

Kenjaku: No...-sus labios emitían gemidos de placer que interrumpían la conversación- Ahj olvídalo, no me amargaré contigo en este momento.

Mahito subió las escaleras lentamente y mientras lo hacía se detuvo en el descanso de la escalera. Su rostro giró hacia nosotros aún con los puños apretados. Miraba mi rostro con nostalgia y calentura al mismo tiempo, mientras que yo no podía mantener la mirada fija. Incline hacia atrás mi cabeza dejándome llevar por Kenjaku, él decidió cambiar de posición y ahora yo estaba con las manos tocando un escalón de la escalera mientras que Kenjaku seguía follandome ésta vez de pie.

Kenjaku: -mirando a Mahito- ¿Qué pasa? ¿No te ibas ya? -su expresión de calentura al tomarme de mis caderas era muy notoria-

Mahito intentó dar un paso adelante evitando el conflicto pero. Decidió bajar las escaleras decidido a tomar una decisión. Se acercó lo suficiente para tomar mi mentón y dirigirlo a su miembro. Me miraba sin expresión alguna y Kenjaku dijo:

Debes reconocer que estás enamorado Mahito...-embistiéndome con más fuerza- y yo también lo estoy...

Mis ojos miraban hacia arriba mientras mi boca seguía abierta y mi cabello se humedecía por el calor de la situación. El dedo pulgar acaricio mi mejilla y su otra mano se acercó a su pantalón bajando lentamente el cierre. Su miembro de un tamaño más grande de lo que recordaba se acercó a mis labios rozándolo de lado a lado.

Mahito: Si...creo que tienes razón

Kenjaku: Yo no seré egoísta contigo...adelante.

Su miembro grueso y venoso guiado por su mano, acariciaba mis mejillas y todo mi rostro antes de hacerlo llegar a mi boca otra vez.

(TN): Mi amo....-gimiendo-

Mahito: -el pulgar de su otra mano tocaba mi labio inferior y él arrodillándose frente a mi. Mirando mi rostro con detenida atención se acercó para besarme. Su beso fue breve pero con mucho sentimiento-

Mahito: -se puso de pie nuevamente e introdujo su miembro en mi boca de una vez, tomó con ambas manos mi cabeza para que no pudiera salir. La escena se repetía, ambos estaban follandome y ambos...

Me amaban...