Capítulo XV

249 39 8
                                    

Narra Matteo:

Thalia se quedo en completo silencio por el dolor. Las lágrimas corrían por sus mejillas sin poder parar. La tome de la muñeca y la aparté del precipicio al ver que nos arrojaban una lluvia de lanzas y jabalinas.

Echamos a correr hacia las rocas sin hacer caso de las maldiciones y amenazas de Atlas.

- ¡Artemisa! - Grito Percy.

La diosa levantó la vista con una expresión casi tan desolada como la de Thalia. El cuerpo de Zoë yacía entre sus brazos. Aún respiraba, tenía los ojos abiertos, pero...

- La herida está dañada - Dijo Artemisa.

- ¿Atlas la enveneno? - Pregunté preocupado.

- No, no ha sido Atlas - Respondió la diosa. Nos mostró la herida que tenía Zoë en el flanco. Casi se me olvido el arañazo que le había hecho el dragón. Era mucho más grave de lo que ella había que pensaramos.

Apenas vi la herida, desvié la mirada hacia el suelo por la tristeza. Ella no dudó en ayudarnos a pelear contra su padre, aún teniendo una herida tan grave como esa.

- Las estrellas - Murmuró Zoë - No las veo.

- Néctar y ambrosía - Dijo Jackson - ¡Deprisa! Tenemos que conseguirle un poco.

Nadie le hizo caso. El desánimo abundaba a nuestro alrededor. El ejército de Cronos se hallaba al pie de la cuesta, pero todos estábamos demasiado afectados como para movernos. Quizá íbamos a encontrar allí la muerte. En ese momento, sin embargo escuché un sonido bastante raro.

Justo cuando el ejército de monstruos llegaba a la cima, un Sopwith Camel descendió del cielo en picado.

- ¡Aléjense de mi hija! - Gritó el señor Chase mientras entraban en acción sus ametralladoras.

- ¿Papá? - Exclamó Annabeth impresionada.

- ¡Corre, corre! - Respondió él, con una voz que se iba apagando a medida que el biplano remontaba el vuelo.

Aquella sorpresa sacó a Artemisa de su dolor. Levantó la vista hacia el avión, que estaba virando para volver a la carga.

- Un hombre valiente - Musitó la diosa con reticencia- Vamos. Tenemos que sacar a Zoë de aquí.

Se llevó su cuerno de caza a los labios y su claro sonido resonó por los valles de todo el condado. A Zoë le temblaban los párpados.

- Tranquila, todo estara bien - Dije - Vas a mejorarte, Zoë - Intenté sonar esperanzado, aunque era lo menos que tenía en ese momento, esperanza.

El Sopwith Camel bajó de nuevo en picado. Algunos gigantes le lanzaron sus jabalinas, y una incluso pasó entre las alas de un lado.
Las ametralladoras hicieron fuego, y advertí atónito que el doctor Chase se las había arreglado para conseguir bronce celestial con el que fabricar sus balas.

- ¡Es mi padre! - Hablo Annabeth con los labios semiabiertos por la sorpresa.

Pero no teníamos tiempo de quedarnos a mirar. Los monstruos ya se recobraban de la confusión. El doctor Chase se vería muy pronto en algunos problemas.

Entonces la luz de la luna se volvió más intensa, en el cielo apareció un carro arrastrado por ciervos y aterrizo a nuestro lado.

- ¡Arriba! - Ordenó Artemisa.

Annabeth ayudó a subir a Thalia. Mientras que entre Artemisa, Percy y yo levantamos a Zoë, la acomodamos y la envolvimos en una manta. La diosa tiró de las riendas, el carro ascendió por el aire y se alejó de la montaña a toda velocidad.

A Blurred Story [Percy Jackson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora