Capitulo XVII

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Narra Percy:

Me temblaban las manos al recoger la prenda. Parecía que la hubiera pisado una enorme bota
embarrada. Después de todo lo que había vivido ese día, no podía soportar la mera idea de que a Grover también le hubiera pasado algo.

Entonces me fijé en otra cosa: el suelo de la cueva estaba húmedo y blando, a causa del agua que goteaba, y se veían unas huellas grandes como las de Tyson y otras más pequeñas, pezuñas de cabra, que se desviaban hacia la izquierda.

- Debemos seguirlas - Dije - Han ido por allí. Tiene que haber sido hace poco.

- ¿Y el campamento? - Preguntó Nico - No queda tiempo.

- Tenemos que ir a ayudar a los campistas, Percy - Dijo Issac - Van a atacar allá en poco.

- Debemos encontrarlos - Sentenció Annabeth - Son nuestros amigos.

Issac resoplo, y siguió andando junto a Nico, susurraban entre ellos. Parecía que hablaban de un tema serio, así que no me acerqué.

Annabeth tomó la gorra aplastada de mis manos y echó a andar. La seguí, preparándome para lo peor. El túnel era traicionero: tenía bruscas pendientes cubiertas de barro. Más que caminar, nos pasábamos casi todo el tiempo resbalando y deslizándonos.

Por fin, bajamos una pronunciada pendiente y nos encontramos en una cueva inmensa con enormes estalagmitas. Por el centro pasaba un río subterráneo. Junto a la orilla, vislumbré la silueta de Tyson. Tenía en el regazo a Grover, que permanecía inmóvil y con los ojos cerrados.

- ¡Tyson! - Grité.

- ¡Percy! ¡Deprisa!

Los cinco corrimos a su encuentro. Grover no estaba muerto, gracias a los dioses, pero temblaba de pies a cabeza como si estuviera muriéndose de frío.

- ¿Qué ha pasado? - Le pregunté.

- Muchas cosas - Murmuró Tyson - Una serpiente gigante, perros grandiosos, hombres con espadas… Cuando nos acercábamos aquí, Grover estaba muy nervioso, salió corriendo y llegamos a esta cueva, se ha caído y se ha quedado así.

- ¿Ha dicho algo? - Pregunté.

- Ha dicho: "Estamos cerca". Luego se ha dado un golpe en la cabeza.

Me arrodillé junto a él. La única vez que había visto a Grover desmayarse había sido el invierno anterior, cuando había detectado la presencia de Pan.

Enfoqué la caverna con mi linterna. Las rocas relucían. En el otro extremo se veía la entrada a otra cueva, flanqueada por unas gigantescas columnas de cristal que parecían diamantes. Y más allá de aquella entrada…

- ¿Ustedes creen que el dios Pan...? - Exclamó Issac con ligera fascinación. No termino de formular la frase, parecía estar pensando.

- Grover - Dije - Despierta.

Annabeth se arrodilló a su lado y le roció la cara con un poco de agua del río, que estaba helada.

El se quejo y movió los párpados - ¿Percy? ¿Annabeth? ¿Dónde…?

- No pasa nada - Le aseguré - Solo te has desmayado, la presencia ha sido demasiado para ti.

- Ya recuerdo... Pan.

- Sí, hay algo muy poderoso más allá de esas columnas.

Hice unas rápidas presentaciones, porque Tyson no conocía a Rachel ni a Issac. Tyson les dijo que eran lindos y Annabeth al oírlo pareció a punto de echar fuego por la nariz.

A Blurred Story [Percy Jackson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora