Capitulo VIII

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Narra Issac:

Al salir del inframundo, llegamos a Central Park, subimos a un taxi y bajamos por la Quinta Avenida. Percy sacó el celular que su madre le habia prestado para llamar a su amiga rubia.
Últimamente yo había tenido algunas cuantas discusiones con Annabeth, tener que recordarle que no soy el mismo chico que hace ocho años es muy complicado. Por esto preferí apartarme cuando Percy hizo la llamada.

Noté que habia colgado y me acerque, apenas lo ví temblar me lancé a abrazarlo.

- Tranquilo, estaremos bien - Le dije en un tono suave - Todo saldrá bien, esta guerra de mierda acabará pronto.

~•~

El taxi nos dejó justo frente al Empire State. La Señorita O'Leary saltaba de aquí para allá, lamiendo taxis y husmeando puestos de perritos calientes. Nadie parecía notarla, aunque la gente se apartaba con aire confuso cuando ella se acercaba.

Jackson la llamó con un silbido al ver que paraban tres furgonetas blancas: las tres con un rótulo de Fresas Delfos, que es el nombre que se usa como tapadera para el Campamento Mestizo.

En cuanto pararon, se abrieron las puertas laterales y empezaron a bajar un montón de campistas. Me llenó de alegría que hubieran todos nuestros amigos: Pólux, Castor, Silena, los hermanos Stoll, Michael Yew, Jake Mason, Katie Gardner y Annabeth, junto con los miembros de sus cabañas.

Quirón fue el último en bajar de la furgoneta. Llevaba la mitad de su cuerpo de caballo en una silla de ruedas mágica, así que utilizó la plataforma para discapacitados. La cabaña de Ares no había venido, no quise mencionarlo, la estúpida de Clarisse no sabia aceptar una derrota.

- Gracias a todos por venir - Agradeció Percy - Quirón, pasa tú primero.

El centauro negó - He venido a desearte suerte, muchacho. No pienso volver a visitar el Olimpo si no me llaman.

- Pero eres nuestro líder…

El sonrió - Soy su entrenador, su maestro. Lo cual no es lo mismo que ser su líder. Me dedicaré a reunir a todos los aliados que pueda. Quizá no sea demasiado tarde para que mis hermanos centauros nos ayuden. Mientras tanto, tú eres quien ha convocado aquí a los campistas, Percy. Tú eres el líder.

- De acuerdo - Respondió, algo nervioso - Como le he dicho a Annabeth por teléfono, algo malo va a pasar esta noche. Una especie de trampa. Tenemos que conseguir una audiencia con Zeus y convencerlo para que defienda la ciudad. Recuerden: no podemos aceptar un no por respuesta.

Quirón le dio la mano - Te las arreglarás, Percy. Recuerda tus puntos fuertes y vigila tus debilidades.

- Vamos - Dijo Jackson a los demás.

~•~

Había un guardia de seguridad sentado tras el mostrador del vestíbulo, leyendo un grueso volumen negro con una flor en la portada. El hombre levantó la vista cuando desfilamos con nuestras armas y armaduras tintineando.

- ¿Un grupo escolar? - Preguntó - Estamos a punto de cerrar.

- Queremos ir a la planta seiscientos - Dije, posicionándome junto a Percy.

Nos miró atentamente - No existe la planta seiscientos, niño. Circula.

Percy se inclinó sobre el mostrador, determinado e imponente - Cuarenta semidioses atraen a un montón increíble de monstruos. ¿De verdad quiere que nos quedemos en su vestíbulo?

Se quedó en silencio unos segundos para después pulsar un botón y abrirse una puerta de seguridad - De acuerdo, pero rápido.

- No va a hacernos pasar por el detector de metales, ¿No? - Preguntó Percy sarcásticamente.

A Blurred Story [Percy Jackson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora