Capitulo VI

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Narra Percy:

En el laberinto no había amanecer, pero una vez que despertaron todos, disfrutamos de un estupendo desayuno a base de barritas de cereales y botellas de jugo. Luego emprendimos la marcha de nuevo.

No le conté mi sueño a nadie, había algo en él que me había asustado de verdad y me pareció mejor que los demás no se enteraran.

Los viejos túneles de piedra dieron paso a un corredor de tierra con vigas de cedro. Annabeth empezó a ponerse nerviosa.

- No puede ser - Dijo - Tendría que seguir siendo de piedra.

Llegamos a una cueva con el techo cubierto de estalactitas. En medio, había una fosa rectangular excavada en el suelo de tierra, como si fuera una tumba.

Grover se estremeció - Huele igual que el inframundo.

Entonces me fijé en una cosa que brillaba en el borde de la fosa: un trozo de papel de aluminio.
Iluminé el agujero con la linterna y vi una hamburguesa de queso medio mordida, flotando.

- Nico - Dije - Ha vuelto a invocar a los muertos.

- Aquí ha habido fantasmas. No me gustan los fantasmas - Dijo Tyson.

- Debemos encontrarlo - No sé por qué, pero hallarme al borde de aquella fosa me transmitió una sensación de urgencia. Nico andaba cerca, lo presentía. No podía dejarlo vagando por allá abajo con la sola compañía de los muertos. Eché a correr rápidamente.

- ¡Percy! - Gritó Annabeth.

Me metí a gachas por un túnel y pude ver una luz al fondo. Cuando Annabeth, Tyson y Grover se pusieron a mi altura, yo me hallaba contemplando la luz del día a través de unos barrotes situados sobre mi cabeza. Estábamos bajo una rejilla de tubos de acero, se veían árboles y un cielo azul.

- ¿Qué es esto? - Me pregunté.

Entonces una sombra cubrió la rejilla y una vaca se quedó mirándome desde arriba. Parecía una vaca normal, salvo por su extraño color: un rojo intenso. La vaca mugió, puso la pezuña en una de las barras y retrocedió enseguida.

- Es una rejilla de retención - Dijo Grover.

- ¿Cómo? - Dije, sin entender a que se refería.

- Las ponen a la salida de los ranchos para que las vacas no se escapen, no pueden andar sobre estas rejillas - Explico el sátiro.

- ¿Cómo lo sabes? - Pregunté.

Grover resopló, indignado - Créeme, si tuvieras pezuñas, sabrías lo que es una rejilla de retención. ¡Son muy molestas!

Me volví hacia Annabeth - ¿Hera no habló de un rancho? Hemos de comprobarlo. Tal vez Nico esté ahí arriba.

Ella vaciló, pero creo que penso en la posibilidad de que Issac también estuviese allí y asintió - De acuerdo. Pero, ¿cómo salimos?

Tyson resolvió el problema golpeando con ambas manos la rejilla, que se desprendió del marco y salió disparada por los aires. Oímos enseguida un golpe metálico y un mugido sobresaltado.

- ¡Perdón, vaquita! - Gritó Tyson.

Estábamos en un rancho, de eso no cabía duda. Una serie de colinas se extendían hacia el horizonte, salpicadas de robles, cactus y grandes rocas. Desde la entrada salía en ambas direcciones una cerca de alambre. Las vacas de color cereza vagaban de acá para allá, pastando entre la hierba.

- Ganado rojo - Observó Annabeth - El ganado del sol.

- ¿Cómo? - Pregunté.

- Para Apolo son sagradas - Explico ella.

A Blurred Story [Percy Jackson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora