Capítulo IX

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Narra Percy:

La figura de un dios tembló en el aire y se materializó junto a Hestia. Tenía unos veinticinco años, el pelo rizado y entrecano y rasgos de elfo. Llevaba uniforme de piloto militar y se le veían unas alitas en el casco y las botas de cuero. Sobre el brazo flexionado sostenía una larga vara con dos serpientes
entrelazadas.

- Ahora debo dejarlos - Anunció Hestia. Le hizo una reverencia al piloto y se esfumó en una nube de humo. Comprendí que tuviera tanta prisa por marcharse. Hermes, el dios de los mensajeros, no parecía estar de buen humor.

- Hola, Percy - Dijo.

Me miró como si estuviera enojado conmigo, y me pregunté si estaría al corriente de la visión que acababa de sufrir. Me habría gustado preguntarle por qué estaba aquella noche en casa de May Castellan y qué había sucedido cuando sorprendió a Luke. Recordé la primera ocasión en que había hablado con éste en el Campamento Mestizo. Le había preguntado si había visto alguna vez a su padre y él había respondido con una mirada agria: «Una vez.» Pero, por supuesto, la expresión de Hermes me
decía que no era el momento indicado para preguntárselo.

Me incliné torpemente - Señor Hermes.

Issac copió mi acción, pero de forma más respetuosa - Es un placer conocerlo, dios Hermes.

El dios sonrió de lado de forma arrogante - Al fin me encuentro con un semidios que sí tiene modales.

«Ah, claro - Oí decir a una de las serpientes en el interior de mi mente - A nosotras no nos saludes. Sólo somos reptiles.»
«George - La regañó la otra - Compórtate.»

- Hola, George - Dije - Eh, Martha.

«¿Nos has traído una rata?», preguntó George.
«¡Para ya! h Lo reprendió Martha - ¿No ves que está ocupado?»
«¿Demasiado ocupado para encontrar una rata? - Contestó George - Qué lástima.»

Decidí que sería mejor no discutir con él - Hum, Hermes. Tenemos que hablar con Zeus, es importante.

Hermes me observaba con expresión glacial - Yo soy su mensajero. ¿Quieres darme un mensaje?

A mi espalda, los demás semidioses se removían inquietos. Aquello no estaba saliendo según lo previsto. Tal vez si intentaba hablar con Hermes a solas…

- A ver, chicos - Dije - ¿Por qué no exploran la ciudad? Revisen las defensas. Miren quién queda en el Olimpo. Annabeth y yo nos reuniremos aquí otra vez con ustedes en media hora - Luego miré a mi novio - Issac, creo que deberías ir con ellos.

- ¿Qué? - Exclamó confundido - ¿Porqué? No quiero dejarte.

- Estaré bien, ahora tenemos que hablar con Hermes - Le expliqué, y el asintió de mala gana.

Silena frunció el entrecejo - Pero…

- Buena idea, Percy - Dijo Annabeth - Connor y Travis, tomen el mando.

A los Stoll les gustó que se les otorgara una responsabilidad tan importante justo delante de su padre. Ellos no solían dirigir ninguna operación (salvo los robos de papel de váter).

Issac me dió un abrazo de despedida - Nos vemos luego, pecesito.

- Nos vemos, sunshine - Dije, y él dejo un beso sobre mi mejilla y se fue a caminar junto a Castor y Pólux.

- Vamos - Dijo Travis, y se los llevó a todos del salón del trono.

- Señor - Habló Annabeth - Cronos va a atacar Nueva York. Ustedes ya deben de sospecharlo. Mi madre lo habrá previsto.

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⏰ Última actualización: Sep 27 ⏰

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