Capítulo I

596 67 15
                                    


Narra Matteo:

Después de ver al subdirector Espino convertirse en un monstruo y caer por el acantilado con la chica rubia montada en su lomo, la cual parece que se llama Annabeth, creí que ya nada me sorprendería, al menos por ahora.

Hasta que esa niña pelirroja con apariencia de doce años dijo ser Artemisa, la diosa de la caza.

Una de mis diosas favoritas de la mitología griega.

Aunque el niño cabra junto a mí si parecía muy impresionado, ahogó un grito y se arrodilló frente a la diosa.

- ¡Gracias, señora Artemisa! Es usted tan... Tan... ¡Increíble!

- ¡Levantate! - Grito la chica punk - Tenemos cosas más importantes de que preocuparnos, ¡Annabeth está desaparecida!

- ¡Esperen! - Dijo Bianca, quien se encontraba junto a mí, mientras miraba a los demás con desconfianza - Momentito. Tiempo muerto.

Todo el mundo la miro, ella comenzó a señalar a cada uno sin entender.

- ¿Quienes... Quienes son ustedes? - Pregunto ella.

La expresión de Artemisa se suavizó un poco - Quizás sería mejor, mí querida niña, saber primero quién eres tu. Veamos, ¿Quienes son tus padres?

Bianca nos miro nerviosa a mí y a Nico. Este último solo miraba maravillado a la diosa.

- Nuestros padres murieron - Dijo Bianca - Somos huérfanos. Hay un fondo que se ocupa de pagar nuestro colegio, pero... - Bianca vio la expresión de los demás, parecían incrédulos - ¿Que pasa? Es la verdad.

- Tu eres una mestiza - Dijo Zoë, la cual tiene un acento extraño - Yo pienso que uno de sus progenitores era mortal. El otro era un olímpico.

- ¿Un olímpico? - Repitió Bianca confundida.

- ¿Un atleta, quieres decir? - Pregunté yo, confuso.

- No - Contesto Zoë con seriedad - Uno de los dioses.

- ¡Que asombroso! - Exclamó Nico sonriendo en grande.

- ¡Ni hablar! - Reprochó Bianca - No le encuentro nada asombroso.

Yo solo me quedé en silencio, no podía creer que la chica de la diadema estuviese hablando en serio.

¿Realmente era posible que fuéramos hijos de un dios griego?

Mi cabeza estaba demasiado confundida como para formular una respuesta.

Nico se había puesto a dar saltitos por la emoción - ¿Es verdad que Zeus tiene rayos con una potencia destructiva de seiscientos? ¿Y que gana puntos extra por...?

- ¡Cierra la boca, Nico! - Gritó Bianca molesta - Esto no es como tu estúpido juego de Mitomagia, ¿Sabes? ¡Los dioses no existen!

Nico hizo una mueca, algo triste por las palabras de su hermana.

- ¡Bianca!, tranquilizate, ¿Okey? - Le dije con el seño fruncido - Trata de respirar, Nico no tiene la culpa de que estés confundida con todo esto.

- ¡Cállate, Matteo! - Me gritó - No me digas que crees en todo esto.

Yo solo la mire ligeramente enojado por su comportamiento y suspiré.

- No estoy diciendo que lo crea, pero estoy intentando entender todo está situación, al igual que tú.

Nuestra pelea fue interrumpida por Artemisa, quien les hablo a Percy y sus amigos.

- No se desesperen. Era una chica muy valiente. Si es posible encontrarla, yo la encontraré.

A Blurred Story [Percy Jackson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora