La entrevista

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Ruslana simplemente asintió, ¿como había encontrado un repuesto en la cocina tan rápido sin saber que ellas faltarían? Cuando entro a la cocina se quedo aún más sorprendida, estaba Violeta haciendo unas tostadas de tomate y otras de aguacate mientras hacía dos cafés a la vez.

-¿Violeta? ¿Que haces aquí? Quiero decir, me encanta verte aquí, pero es que es algo que no me esperaba.- dijo Ruslana flipando de que esta estuviera allí.

-Hola Ruslana, había venido a...- iba a decir que ha ver a Chiara que era obviamente lo que hacía ahí, pero no quería sonar tan obvia, al fin y al cabo el disimulé no era su fuente, seguro que le brillaban los ojos o algo al hablar de cierta.-...a pedirle las llaves a Chiara, que se las deje y si no no puedo entrar en casa. Pero como aún no estabais me he quedado a ayudar al pobre Martin que lo habéis dejado solo.- dijo la frase totalmente improvisada.

-Ah claro claro, ahora viene que está aparcando. Deja que vaya llevando yo los pedidos a las mesas, que veo que se te da bien cocinar.- dijo Ruslana sonriendo y agradecida, le caía bien Violeta de apenas saber nada de ella, aunque también sabía que lo que acababa de hacer tenía nombres y apellidos.- Y gracias por la ayuda, de verdad, por todo - dijo las últimas dos palabras con un doble significado que Violeta pillo enseguida y sonrió más de lo normal, estaba claro que Ruslana sabía algo, le gustaba caerle bien a la mejor amiga de quien esperaba que fuera su futura novia.

Chiara llegaba corriendo a la cafetería, en tan solo unos segundos después de haber podido aparcar se encontraba en la cafetería, saludando y disculpándose con Martin. Cuando llego el estaba de cajero y Ruslana ya iba por las mesas repartiendo y recogiendo comida.

-Martin lo siento, se nos hizo tarde.- dijo Chiara abrazando a Martin por detrás mientras intentaba descifrar su estado de humor.

-Tranquila Kiki, ya se me ha pasado el enfado, encima tienes una sorpresa de la que ya me hablarás más tarde. Cuando entres en la cocina me lo agradeces.- dijo Martin guiñándole el ojo.

Chiara no entendía nada ¿de que tenían que hablar y que sorpresa tenía que estaba relacionado? Sin intentar pensar mucho se dirigió a la cocina girando su cuerpo y avanzando dos pasos practimente ya que la "mini cocina" conectaba con el mostrador.
Cuando estuvo dentro la imagen le resultó familiar. Violeta estaba preparando comida mientras tenía las cejas algo más bajadas de lo normal por estar concentrada, le encantaba verla así. Cuando entro se quedo paralizada y sonrió inconscientemente.

Violeta noto que había alguien mirándola fijamente, y por su instinto supo quien era. Efectivamente, la persona que más esperaba ver desde esta mañana. Chiara estaba de pie parada enfrente de ella y le sonreía mirándola. Violeta se sonrojó un poco pero siguió con su trabajo como si nada.

Después de haber echo contacto visual y haberse sonreído mutuamente Chiara se acercó a Violeta por la espalda y la abrazo. Gracias a su pequeña diferencia de altura puso su cabeza entre el hueco de el cuello y la cabeza de Violeta dejándole besos por la zona de su cuello que tenía accesible. Paso sus manos por la cintura de esta y la apretujó contra ella demostrándole lo contenta que estaba de verla.

-Hola...- dijo Chiara con voz de niña pequeña susurrando sin moverse, no quería romper el momento tan bonito que estaban teniendo. Violeta rio también como una niña pequeña.

-Hola...Kiki estoy trabajando, luego me abrazas todo lo que quieras, si no me distraes.- dijo Violeta riendo, aún sentía cortos besos en su cuello, y era un lugar sensible.

Amor temporal ||KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora