Justo acababan de irse Chiara y Ruslana en el avión a Menorca. Violeta y Denna se encontraban en el apartamento de la pelirroja. Y por mucho que le doliera, y sin estar para nada segura, Violeta lo había decidido. Contacto cero. Sabía que seguramente sería la cosa que más le fuera a doler en la vida, pero había tomado una decisión, porque en el fondo Denna tenía razón, si lo dejaban, lo hacían de verdad. Si no no iba a poder superarla nunca, no si no dejaban de hablarse.
El objetivo principal del contacto cero es cortar completamente la comunicación y el contacto con esa persona, que era exactamente lo que estaba buscando Violeta. Supuestamente funcionaba para facilitar la recuperación emocional y recuperar el control sobre la propia vida. No estar pensando en ella todo el día y en su respuesta, en estar destrozada por ella y no hacer nada con su vida como había hecho estos tres meses. Para poder volver empezar a salir, a pasear, de fiesta... lo que tocaba en la juventud.
Sabía que para nada era justo para Chiara, y que cuando se volvieran a ver seguramente sería horrible. Pero Violeta no había sido capaz ni de enviarle un mensaje en el que le dijera que quería contacto zero con ella. Pero en el fondo era lo que tocaba, para así procesar la ruptura y avanzar sin la influencia de la otra persona, de Chiara. Porque sabía que si le escribía diciéndoselo, hubiera estado esperando su respuesta, y así ya iban mal.
Y aunque Violeta se sintiera la persona más horrible del mundo, había decidido tener contacto cero con ella, si lo hacía era del todo bien. Tenía que bloquearla de todos los medios de comunicación, es decir, de su número de teléfono y de todas las redes sociales. Luego tenía el apoyo de Denna, que también iba a influir un montón ayudándola, cosa que tenía que estar para no sentirse tan sola y mal. Pero hubo una cosa que no pudo hacer, una de las más importantes, ya que era para evitar recaídas emocionales.
Eliminar recuerdos. No pudo hacerlo. No los tiro ni elimino, pero los guardo. Como por ejemplo el marco que le había regalado, la sudadera y su colonia, el libro de Lorca que le había regalado, su billete del viaje a París que hicieron juntas, el álbum de fotos... y lo más importante la libreta rosa que iba dedicada a ella, el objeto en el que estaba guardado y escrito todo el amor que le tenía Chiara a Violeta desde que empezó a enamorarse de ella.
Cada objeto tenía una historia, una memoria compartida con Chiara que, a pesar del dolor que sentía, no podía simplemente eliminar. Era demasiado doloroso deshacerse de esas pequeñas piezas de su pasado, de su relación, de su amor. Después de guardar todo en una caja que escondió en lo más profundo de su armario, Violeta se sentó en el borde de su cama, sintiendo una punzada de soledad que la atravesaba. Sabía que el contacto cero era necesario, pero eso no lo hacía menos difícil. En su mente, la voz de Chiara aún resonaba, su risa, su mirada, las caricias... todo seguía presente, tan vivo como si acabara de suceder.
Denna apareció en la puerta de la habitación, con una expresión preocupada. Había estado apoyando a Violeta todo el tiempo, y ella misma le había dado la idea de hacer lo que estaba haciendo, pero sabía que el verdadero desafío estaba solo comenzando y que iba a ser muy duro para ella. Pero eso no importaba, porque Denna estaba segura de que era lo mejor para ella. Y la iba a apoyar como nunca antes lo había hecho.
-Todo va a salir bien, ya verás que es lo mejor que puedes hacer... estoy contigo.- dijo Denna sentándose a su lado y abrazándola como pudo, porque Violeta ni siquiera se había inmutado.
Le daba igual que todo fuera a estar bien, ella ahora mismo estaba destrozada, y no podía evitar pensar, en que si ella lo estaba, ¿Cómo estaría Chiara? ¿Cómo estaría al ver que estaba pasando de ella y la había bloqueado de todos lados sin haberle dicho nada antes?
Chiara y Ruslana llegaron a Menorca después de un vuelo relativamente tranquilo. A pesar de que habían intercambiado algunas palabras durante el viaje, Chiara estaba en su mundo, con la cabeza perdida en pensamientos sobre Violeta. En como de perfecto y especial habían sido estos tres días con ella y todo lo que había pasado, su cumpleaños, que una fan la reconociera, que hablarán sobre tener hijos... Sin embargo, no se habría imaginado nunca lo que estaba a punto de descubrir.
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Amor temporal ||Kivi
FanfictionVioleta acaba de llegar a Barcelona tras acabar su grado de periodismo buscando nuevos ámbitos y dedicada a su trabajo, es una chica de 22 años de Granada (Motril) de buena familia tanto económicamente como de reputación, su padre es un psicólogo co...