La rutina de gira comenzó antes incluso de que Chiara pudiera asimilar por completo el éxito y fomo que estaba teniendo esta. La agenda se llenaba de presentaciones, entrevistas, ensayos y reuniones de equipo, además de las horas en carreteras y vuelos para llegar a cada destino. Cada día era una mezcla constante de emoción y agotamiento; aunque sentía una gran satisfacción por poder compartir su música, a menudo las largas noches y el frenesí de la gira pesaban en su ánimo.
Eso si, había vuelto a la normalidad de las chicas el volver a hablar mínimo una vez al día, ya fuera por llamada, videollamada o muy a la mala por mensaje. Cosa que siempre acababa alegrándoles el día a ambas. Violeta estaba esperando a que Chiara empezara ya sus conciertos por España, porque tenía claro que a la mínima que la medio inglesa pisara un pie en España se iba pitando a verla.
Cada semana Chiara se despertaba en un hotel diferente, con el tiempo necesario para desayunar y revisar los planes antes de comenzar los ensayos. Tras una sesión de ajustes técnicos, y algunas entrevistas dependiendo del día, llegaba la prueba de sonido, donde ella y su equipo se aseguraban de que todo estuviera perfecto para el concierto de la noche.
Durante los conciertos, Chiara sentía una explosión de emociones, cada canción era una conexión con el público y gente de su alrededor, un momento compartido con sus fans que le recordaba por qué amaba tanto hacer música. Sin embargo, cuando las luces se apagaban y el público se dispersaba, la realidad y la sensación de estar más sola que nunca se hacía presente, y el anhelo de ver a su familia, Violeta y a sus amigos se volvía más fuerte.
A lo largo de esos los meses Chiara iba acumulando experiencias y recuerdos de cada ciudad. La gira avanzaba y cada día sentía más cerca la idea de reunirse en Barcelona con todos, era el punto en su itinerario que esperaba con más ansias. Solo eran unos meses más.
Habían pasado ya tres meses largos y ahora ya tocaba cambiar de país. Volvía a España a empezar sus conciertos allí, donde tenía o las mismas o incluso más escuchas que en Londres. El primer concierto como no era en la capital, en Madrid.
Al llegar Chiara bajó del autobús junto a su equipo, agotada después del último concierto en Londres, pero con la adrenalina todavía en sus venas y la emoción de tocar en Madrid de aquí dos días, que casi era uno porque ya era de noche, cenaría y se iría a dormir.
Al entrar al hotel Chiara intercambiaba bromas con Nicole, hablando sobre el concierto de aquí dos días y la agenda del día siguiente la cual tenía una entrevista por la mañana, hasta que de repente algo llamó su atención en la recepción. Allí, sentada en un sillón, con la mirada fija en un libro, estaba Violeta, tan radiante como siempre, completamente enfocada en las páginas. Chiara se quedó paralizada unos segundos, parpadeando incluso por si le fallaba la vista, incrédula, hasta que Violeta alzó la vista y sus miradas se encontraron. Era ella. Violeta estaba ahí.
Sin pensarlo dos veces, Chiara soltó la mochila amarilla y maleta que llevaba y echó a correr hacia ella, con una sonrisa de pura felicidad. Todo el cansancio acumulado acababa de desaparecer. Violeta se levantó apenas le vio acercarse y le sonrió ampliamente enseñándole su hoyuelo, abriendo los brazos justo cuando Chiara llegó y le rodeó la cintura con fuerza levantándola en el aire. Antes de decir palabra alguna, Violeta le tomó el rostro con ambas manos y la besó profundamente, apretando sus piernas alrededor de su cintura, sin importarle ni un segundo que estuviera rodeada del equipo de su novia. Pues sabía que a Chiara también le importaba lo más mínimo.
-Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero -murmuró Chiara entre besos y risas, con los ojos brillantes de alegría mientras apretaba la cintura de Violeta hacía la suya y la aguantaba bien.
-No podía aguantar más sin verte- dijo Violeta, riendo suavemente y pasando sus manos por el cabello de Chiara, apretándola más hacia ella volviendo a saborear sus labios.
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Amor temporal ||Kivi
Hayran KurguVioleta acaba de llegar a Barcelona tras acabar su grado de periodismo buscando nuevos ámbitos y dedicada a su trabajo, es una chica de 22 años de Granada (Motril) de buena familia tanto económicamente como de reputación, su padre es un psicólogo co...