París

1.8K 74 3
                                    

Acababan de llegar al avión que las llevaría a Paris. Eran las 6 de la mañana y el viaje eran unas 2 horas aproximadamente. El vuelo transcurrió sin incidentes, y las dos pasaron el tiempo hablando sobre todos los lugares que querían visitar y las experiencias que querían compartir. Aunque tenían sueño, les era imposible dormir por la emoción que tenían encima y las ganas de hablarlo todo.

Al aterrizar en París fueron recibidas por un aire fresco y una ciudad vibrante llena de historia, arte y romance. Tomaron un taxi hasta su hotel, era un encantador establecimiento en el centro del barrio de Le Marais, fue el hotel que mejor encontró Violeta tanto económicamente como en la localización en donde estaba.

La habitación era acogedora, con una vista impresionante de las calles parisinas. Tenía la mini entrada en la que estaban ya los armarios y en la otra parte un espejo enorme. Lugo al entrar se podía observar la cama bastante grande de matrimonio con dos mesitas y lámparas en estas a los lados. A su derecha estaba el baño que era bastante grande, tenía una ducha, un retrete y un lavabo amplio con un espejo con luz en forma de circulo. Y por acabar a la izquierda tenía una mini terraza en la que habían dos sillitas y una mesita.

-Esto es precioso Vio.- dijo Chiara abrazando a Violeta por detrás mientras miraban por la ventana de la terraza.- Gracias por este regalo, es perfecto.- dijo dejándole besos en la mejilla. Violeta simplemente se dejó besar sonriendo mientras acariciaba los brazos de Chiara que la estaban acariciando.

-Nada comparado con lo que tú me das todos los días, Kiki. Te mereces esto y mucho más- respondió Violeta sabiendo lo afortunada que era de tener a Chiara. Se giró para mirarla y la beso suavemente en los labios, disfrutando del contacto caliente y húmedo de estos.- Venga vamos, que hay mucho por hacer.- acabó diciendo Violeta sabiendo todo lo que harían ese día.

Así que dejaron las maletas y cogieron el abrigo y sus bolsos. Salieron de la habitación y pusieron rumbo a lo que tenían que hacer hoy. Violeta había planeado un itinerario por encima de todo lo que quería que hicieran juntas y de lo que si o si Chiara tenía que ver, quería que disfrutara de este viaje el máximo posible. Había distribuido cada día con cada cosa que quería ver.

El primer día, decidieron explorar la ciudad caminando, observando cada cosa y haciéndose mil fotos que guardarían en su álbum que ya habían comprado la semana pasada. Se dirigieron a la catedral de Notre Dame, maravillándose ante su imponente arquitectura y los detalles góticos, Violeta le explico lo que sabía sobre la historia de esta un poco por encima, y Chiara atendió a la perfección y orgullosa de tener una guía personal.

Luego, pasearon por el río Sena, disfrutando de la vista de los puentes y los barcos que navegaban lentamente. Decidieron comer de por esa zona para tener las maravillosas vistas del río, y porque ya tenían hambre acumulada de todo el día.

Al llegar la tarde, se dirigieron al barrio latino, donde encontraron un acogedor café y se sentaron a tomarlo mientras hablaban en general. Se sentaron en una mesa al aire libre, disfrutando de croissants recién horneados y café. La atmósfera parisina era perfecta, y ambas se sentían como en un sueño y estaban encantadas con ello, llevaban todo el día sonriendo por la felicidad que tenían.

Por el grupo que tenían con los chicos no paraban de preguntar por ellas, por lo que Violeta decidió callarles la boca enviando una foto y Chiara les envió un mensaje diciendo que por la noche les harían videollamada.

Después de disfrutar de su café y croissants en el barrio latino, Violeta y Chiara se levantaron de su mesa y continuaron su paseo por las encantadoras calles parisinas, obviamente con las manos entrelazadas. La luz del atardecer pintaba la ciudad de tonos cálidos, creando una imagen del lugar aún más preciosa. Caminaron de la mano, tomando fotografías de los edificios históricos y las pequeñas tiendas llenas de encanto.

Amor temporal ||KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora