Adiós

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Había llegado casi el día de la despedida. Pero hoy aún tenían tiempo. Era 22 de Octubre. El aniversario de Violeta y Chiara. Habían pasado todo el tiempo juntas desde la despedida con su familia, pero hoy era más especial. Aunque no estuvieran juntas lo iban a celebrar. Chiara y Violeta decidieron salir a cenar a un sushi que les gustaba bastante. Como Chiara había acabado antes de prepararse fue a recoger a Violeta tal y como habían quedado.

Al llegar a su edificio entró ella con las llaves que tenía del portal, y por primera vez, también las utilizó para entrar en su casa. Nunca le había hecho falta haberlas utilizado, siempre había estado Violeta o simplemente iban a su casa. Antes de entrar se mentalizo para hacerlo, ya que a lo mejor, esta si que era la despedida final en cuanto al apartamento. A lo mejor ya no volvía a entrar ahi. Después de unos segundos metió la llave y abrió la puerta, entrando y sonriendo algo nostálgica al ver el marco de fotos que le había regalado. No sabía si Violeta iba a quitarlo ahora que ya se iba, pero el hecho de que no lo hubiera quitado aun significaba mucho para ella.

Chiara se adentró en el apartamento, observando cada rincón con cariño. Entro a la habitación de Violeta al no verla en el salón ni en la cocina, y efectivamente, ahí se encontraba su amor. Violeta estaba preciosa, luciendo un vestido que Chiara adoraba, era el vestido de su tercera cita en la que por fin se hicieron novias, ese negro pegado marcando tan bien su perfecto cuerpo. Se sonrieron mutuamente, sabiendo que las dos estaban pensando lo mismo. Lo peor de todo es que Chiara también llevaba la ropa de ese día, y para Violeta tampoco pasó desapercibido, porque ese vestido negro pero no tan justo y de tirantes a Chiara le quedaba de maravilla. Lo mejor de todo es que ese día hicieron mach en outfits, la conexión que tenían desde un principio no era normal. Se rieron al darse cuenta de que las dos lo habían hecho aposta, que intensas que estaban por dios.

-Estás preciosa.- dijo Chiara acercándose a Violeta y tomándole las manos para acariciárselas mientras disfrutaba de las vistas que tenía delante. No exageraba cuando decía que Violeta era la mujer más hermosa que había visto nunca.- Feliz aniversario amor.

-Gracias, tú también, como siempre.- respondió Violeta acariciando suavemente el rostro de Chiara mientras observaba su belleza también. En un acto decidido acercó la cara de Chiara hacia la suya y unió sus labios lentamente, saboreando el pinta labios que se había puesto esta noche.- Feliz aniversario mi amor.

-¿Vamos?- dijo Chiara separándose del beso, tampoco quería que le quitara el pinta labios tan pronto, si luego surgiría pues si, pero ahora tocaba cenar. Le ofreció la mano a Violeta sonriéndole.

-Vamos.- dijo Violeta devolviéndole la sonrisa y cogiéndole la mano.

Salieron del apartamento y se dirigieron al sushi que tanto les gustaba en el coche de Chiara. Durante la cena, compartieron risas y recuerdos, tratando de mantener la tristeza a raya, disfrutando totalmente de su aniversario y de la cita en la que estaban, la que supuestamente tenía que ser la más importante del año. Hablaron de sus momentos favoritos juntas, de las cosas que habían pasado juntas y de lo felices que estaban por ello. Sabían que habían sido la mitad de la otra durante un año entero, y que era recíproco, eso les alegraba, saber que esa conexión que tenían era tan perfecta.

-¿Te acuerdas de la primera vez que vinimos aquí? -preguntó Violeta sonriendo ante el recuerdo.

-Claro que sí. Estabas tan emocionada por probar todos los tipos de sushi que terminamos pidiendo demasiado y tuvimos que llevarnos una caja para llevar -dijo Chiara riendo.

Aunque hoy había sido un día largo para ambas, decidieron ir a cenar para olvidarse de todo lo demás y disfrutar de la compañía. Y sin duda, habían acertado. Porque no había nada mejor que esa sensación de paz y tranquilidad que te da tu persona.

Amor temporal ||KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora