💭 act nine.

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Mia's pov

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Mia's pov

Me desperté lentamente, sintiendo el peso del sueño todavía sobre mí. Mi cabeza estaba apoyada en algo cálido y firme. Abrí los ojos y me di cuenta de que estaba en la habitación de Arda. El sonido de la lluvia aún persistía, y los truenos en la distancia parecían un eco lejano. Miré a mi alrededor y recordé que había pasado la noche aquí, algo que todavía me parecía surrealista.

Entonces, sentí un ligero movimiento y miré hacia arriba. Arda estaba abrazándome, su brazo envuelto alrededor de mi cintura, pero sus ojos estaban enfocados en su celular. Al notar que me había despertado, levantó la vista y me sonrió.

-¿Dormiste bien? -preguntó, con una calidez en su voz que me hizo sentir segura.

Asentí, todavía algo aturdida. No podía creer que había dormido tan profundamente, a pesar de estar en un lugar nuevo.

-¿Quieres desayunar? -me preguntó mientras dejaba su celular a un lado- Puedo preparar algo rápido.

Me mordí el labio, sintiéndome un poco incómoda. La idea de que él se molestara en hacer algo especial para mí me parecía abrumadora.

-No, de verdad, no quiero ser una molestia -respondí rápidamente- No quiero que te sientas obligado.

Arda soltó una pequeña risa y sacudió la cabeza.

-No es ninguna molestia, Mia. Me encantaría hacer algo para ti.

Sus palabras me hicieron sentir un poco más relajada. Había algo en su tono que me aseguraba que hablaba en serio, que realmente quería cuidar de mí. Sin embargo, una parte de mí aún se sentía extraña por todo.

-Está bien, pero no te esfuerces mucho -dije finalmente, cediendo un poco.

Arda sonrió y se incorporó, ayudándome a levantarme también. Me di cuenta de que seguía usando su ropa, y aunque me sentía un poco cohibida, la comodidad que me brindaba era innegable.

-Vamos, te prepararé algo delicioso -dijo, guiándome fuera de la habitación.

A medida que caminábamos por la casa, no podía evitar sentirme un poco nerviosa. Había compartido una noche íntima con él, y aunque no había pasado nada más allá de dormir juntos, la conexión que sentía con Arda era más profunda de lo que me esperaba.

Al llegar a la cocina, el aroma del café fresco y del pan tostado ya empezaba a llenar el aire. Arda se movía con una naturalidad que me hizo sonreír. Verlo en su entorno, tranquilo y seguro, me hizo sentir afortunada de haber encontrado a alguien como él.

-Espero que te guste el desayuno -dijo, sirviendo dos platos y colocándolos en la mesa- Es lo mínimo que puedo hacer después de lo que pasó ayer.

Me senté y miré el plato frente a mí. Todo parecía delicioso, y la calidez de la comida me recordó que estaba en un lugar seguro.

𝘿𝙚𝙡𝙞𝙘𝙖𝙩𝙚 ☆ Arda Güler Donde viven las historias. Descúbrelo ahora