💭 act thirty-five

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Arda's pov

Habíamos llegado a Alemania el día anterior para la boda de Sophia y Kai. Mia estaba emocionada, era obvio. Desde el momento en que pisamos Berlín, no dejaba de hablar de la ceremonia, de cómo su hermana finalmente iba a casarse con Kai, de lo increíble que sería ver a toda su familia reunida para celebrar.

Yo, por otro lado, tenía un extraño nudo en el estómago. No podía dejar de pensar en lo que significaba estar aquí, rodeado de tanta gente importante para ella, de su familia… y de cómo eso, de alguna manera, también era una especie de prueba para mí.

Era una mañana soleada, pero el aire estaba fresco. Me encontré solo, caminando por los jardines del hotel, tratando de despejar mi mente. Escuchaba a lo lejos el bullicio de la gente preparando los últimos detalles. Me habían pedido que usara un esmoquin negro clásico. Me sentía raro, nunca había usado uno así antes.

Mientras caminaba, vi a Mia a lo lejos. Ella estaba junto a sus hermanas y algunas amigas, riendo y conversando animadamente. Parecía estar en su elemento, tan feliz y radiante como siempre. Llevaba un vestido verde esmeralda que la hacía brillar aún más de lo normal. Por un momento, me olvidé de mis preocupaciones y solo la miré. Ella era mi todo, y cada vez que la veía sonreír, sabía que todo valía la pena.

Me acerqué a ella, tratando de no interrumpir, pero no pude evitar sonreír al verla tan feliz. Cuando me vio, sus ojos se iluminaron.

— ¡Arda! — exclamó, caminando hacia mí con una sonrisa radiante — ¿Cómo te sientes?

— Un poco nervioso, para ser honesto — admití, frotándome el cuello— Nunca he estado en una boda tan importante… y menos en una donde tú estás tan involucrada.

Ella soltó una risita, y su risa me hizo sentir más relajado.

— Es solo una boda, bonito. Todo saldrá bien — dijo, poniendo su mano suavemente en mi brazo—  Además, estás aquí conmigo, y eso es lo que importa.

Sonreí, asintiendo. Me sentía un poco más tranquilo con sus palabras, pero todavía había algo de nerviosismo en mi interior.

—¿Sabes? — le dije, mirándola a los ojos — estoy más nervioso por conocer a todos tus familiares que por la boda en sí.

Mia se rió de nuevo, esta vez más fuerte.

— Tranquilo, amor. Mi familia ya te adora — me aseguró, acariciando mi mano con ternura — Solo sé tú mismo.

Antes de que pudiera responder, su hermana Sophia se acercó, radiante con su vestido de novia. Me saludó con una gran sonrisa.

— Arda, me alegra que hayas venido —dijo Sophia con sinceridad— Kai está por allá, en la carpa con algunos amigos, si quieres saludarlo.

— Claro, voy en un momento —respondí, tratando de sonar relajado.

Mia me miró con una sonrisa tranquila antes de acercarse a Sophia para ayudarla con algunos detalles de su vestido. Las observé un momento, disfrutando de la dinámica entre las dos hermanas. Sophia estaba radiante, y Mia se veía tan natural, tan cómoda… Me di cuenta de lo mucho que significaba este momento para ella, y supe que quería estar a su lado en cada paso de este camino.

𝘿𝙚𝙡𝙞𝙘𝙖𝙩𝙚 ☆ Arda Güler Donde viven las historias. Descúbrelo ahora