𝘿𝙚𝙡𝙞𝙘𝙖𝙩𝙚 ☆ Arda Güler

💭 act twenty.

Mia's pov

Me desperté algo tarde, deseando no tener que levantarme para ir a la escuela. Después de quedarme acostada un poco, finalmente me arreglé y me puse el uniforme del área de medicina. Bajé a desayunar con mis padres, quienes al verme me hicieron plática.

—¿Quieres que te lleve, mi niña? —dijo Toto, tomando su café.

—Sí, por favor —asentí.

—Por cierto, ya nos vamos a ir el miércoles porque tu papá tiene un compromiso con Mercedes y yo lo de una nueva película, la que estaba grabando el año pasado —dijo mamá lentamente.

Estos días junto a ellos habían sido muy divertidos y sabía que les iba a extrañar demasiado. Mientras íbamos en el camino, papá notó que estaba nerviosa y me preguntó:

—¿Qué pasa, amor?

—Tengo nervios porque ahora casi toda la escuela sabe que salgo con Arda, un futbolista, y no quiero esa atención. — Suspiré.

Toto me miró con una mezcla de preocupación y cariño.

—No te preocupes —me dijo suavemente— La gente siempre hablará, pero lo importante es que tú estés bien y seas feliz. No dejes que eso te afecte.

— Es solo que mi privacidad ha sido poca porque pues tú y mamá son importantes, Sophia es una wag y Grace es una cantante — Dije mirando mis manos. — y ahora siento que por mis propias acciones mi privacidad se va a acabar.

— Mi niña, la gente siempre va a estar metida en la vida de los demás, no les prestes mucha atención y vive tu vida. — Tomó mi mano y dió un rápido apretón.

Cuando llegamos a la universidad, me despedí de mi papá con un abrazo.

—Gracias, papá. Te quiero.

—Yo también te quiero, amor. Cuídate mucho — me respondió, dándome un beso en la frente.

Bajé del auto y vi a Amelie y a Rodrigo esperándome cerca de la entrada. Apenas me vieron, me abordaron con entusiasmo.

—¡Mia! —exclamó Amelie— Cuéntanos, ¿cómo va todo con Arda?

—Sí, queremos saberlo todo. ¿Cómo va la relación con nuestro futbolista favorito? — Rodrigo me empujó levemente.

Me reí, tratando de relajarme un poco después de la conversación con mi papá.

—Todo va bien. Somos novios.

Amelie me miró con ojos brillantes.

—Eso suena increíble. ¡Queremos detalles!

Sonreí, agradecida de tener amigos que se preocupan tanto por mí.

—Les contaré todo durante el almuerzo, lo prometo. Ahora, vamos a clase antes de que lleguemos tarde.

Los tres caminamos juntos hacia el edificio, charlando y riendo, mientras el nerviosismo se disipaba lentamente.