💭 act twenty nine.

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Arda's pov

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Arda's pov

El día había sido agotador. Los entrenamientos estaban intensos, pero no podía dejar que eso me detuviera. Gracias a Kenan, había logrado salir del lugar donde nos tenían concentrados. Kenan solo quería divertirse y conocer a la chica que tenía tan enamorado a su amigo. Mientras íbamos en camino a comprar el ramo de flores y algunas otras cosas, me sentía nervioso pero también emocionado.

— ¿Debí haber contratado serenata? — le pregunté a Kenan, mientras conducía.

— Dios mío, esa chica te tiene perdido. — respondió Kenan, riendo.

— No es eso. — dije, tratando de defenderme. — Es que quiero que se sienta especial, que sepa cuánto la valoro.

— Sí, sí, claro. — dijo Kenan, todavía riendo. — ¿Pero una serenata? ¿En serio?

— Bueno, tal vez no. — admití, sonriendo un poco. — Pero algo más, algo que la haga sonreír.

Llegamos a la florería que Jamal me había recomendado. El lugar estaba lleno de colores y aromas. Seleccioné no uno, sino cuatro arreglos de flores para Mia: dos ramos de rosas y dos arreglos en forma de corazón. Quería que todo fuera perfecto.

— ¿Algo más? — preguntó Kenan, mirando alrededor.

— Sí, necesito una tarjeta. — respondí, buscando una que fuera lo suficientemente elegante y significativa.

— ¿Y qué vas a escribir? —  preguntó Kenan, curioso.

— No estoy seguro. — dije, pensando. — Algo que le haga saber cuánto significa para mí.

Después de comprar las flores, fuimos a una tienda cercana para conseguir algunos chocolates. Quería que todo fuera perfecto.

— ¿Cómo vas a llevar todo esto? — preguntó Kenan, cargando algunas bolsas.

— Me las arreglaré. — dije, decidido.

Volvimos al coche y emprendimos el camino hacia la casa de los padres de Mia. Durante el trayecto, Kenan seguía bromeando y haciéndome preguntas sobre Mia.

— ¿Entonces, cómo es ella? — preguntó, curioso.

— Es increíble. — respondí, sonriendo. — Es fuerte, inteligente, y tiene un corazón enorme.

— Suena como alguien especial. — dijo Kenan, asintiendo. — Me alegra verte así.

— Gracias — dije, apreciando su apoyo.

Mientras conducíamos, Kenan me lanzó una mirada inquisitiva.

— ¿Y no tienes más regalos?

Sonreí y tomé mi mochila, sacando una caja de Rhode con un moño.

— Sí, es un nuevo producto y fue bastante difícil de conseguir.

— Estás perdido, hermano. — Kenan me miró sorprendido.

𝘿𝙚𝙡𝙞𝙘𝙖𝙩𝙚 ☆ Arda Güler Donde viven las historias. Descúbrelo ahora