💭 act eighteen.

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Arda's pov

El día antes del gran partido, sentía una mezcla de emoción y nerviosismo. Sabía que necesitaba un poco de tiempo con Mia para despejar mi mente y reforzar nuestro vínculo. Había planeado una cita especial en el parque, algo diferente y significativo para nosotros.

Esa mañana, tuve que encontrar la manera de escabullirme del entrenamiento. No fue fácil, ya que los entrenadores estaban muy atentos a cada detalle antes del partido. Pero, con un poco de astucia y la ayuda de Nurgül, logré salir sin ser notado. Sabía que valía la pena el riesgo.

Mia era todo para mí, y necesitaba demostrarle cuánto la amaba.

Cuando llegué al parque, me aseguré de que todo estuviera listo: una manta en el césped, cajas de legos y materiales para pintar. Quería que fuera una experiencia única, algo que recordaríamos para siempre. Cuando Mia llegó, su sorpresa y alegría hicieron que todo el esfuerzo valiera la pena.

— Esto es precioso, nunca me había invitado a algo así — dijo viéndome emocionada.

—Quería hacer algo especial para nosotros — dije sonriendo mientras le extendía una mano para que se sentara junto a mí.

Nos sentamos en la manta y comenzamos a armar un set de legos juntos. Las risas llenaban el aire mientras intentábamos seguir las instrucciones y crear algo juntos. Cada momento con ella era valioso y me sentía más conectado a Mia que nunca.

—Estoy muy emocionado por el partido de mañana — dije después de un rato, mi voz llena de entusiasmo— He estado entrenando duro y siento que estamos listos para enfrentarnos al próximo desafío.

Mia levantó la vista de los legos y me miró, su apoyo siempre presente.

—Sé que lo harás genial — dijo con una sonrisa—. Eres un gran jugador, bonito. Estaré apoyándote desde aquí, como siempre.

—¿Podrás venir al partido? —pregunté, con esperanza en mis ojos.

—Voy a intentar estar ahí —respondió, su promesa llenando mi corazón de alegría— Quiero verte jugar y apoyarte en persona.

Asentí, satisfecho con su respuesta. Después de terminar con los legos, pasamos a pintar. Elegí un lienzo pequeño y comencé a dibujar un paisaje mientras Mia se concentraba en un retrato. Pintar juntos era una actividad relajante y nos permitió conversar de manera más profunda.

—¿Has pensado en lo que viene después de la Champions? —preguntó, curiosa.

—Quiero seguir mejorando, seguir creciendo como jugador —respondí, sin apartar la vista de mi lienzo—. Pero también quiero pasar más tiempo contigo. Eres una parte importante de mi vida, preciosa.

—Tú también eres importante para mí, bonito —dijo, sonriendo—. Y sé que lograrás todo lo que te propongas.

La calidez que sentí al escuchar sus palabras se extinguió por todo mi cuerpo.

𝘿𝙚𝙡𝙞𝙘𝙖𝙩𝙚 ☆ Arda Güler Donde viven las historias. Descúbrelo ahora