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En dónde arda solo quiere conocer a la divertida estudiante de medicina
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Dónde Mia huye de los deportistas, pero cae ante el tímido turco del Real Madrid
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Arda's pov
Regresar a Madrid después de los partidos de la Liga de Naciones debería haberme dado un poco de alivio, pero en realidad, me sentía más ansioso que nunca. Llevaba tres días sin recibir más que respuestas cortantes de Mia, cuando me respondía, y ahora que estaba de vuelta en la misma ciudad, ni siquiera eso. Se sentía como si esos tres días fueran años, un tiempo interminable en el que no sabía qué había hecho mal.
Intenté enfocar mi mente en los entrenamientos, en las jugadas, en mejorar mi rendimiento, pero mi cabeza volvía una y otra vez a Mia. Cada vez que sonaba mi teléfono, una parte de mí esperaba que fuera ella, pero siempre terminaba siendo un mensaje de alguien más, lo que aumentaba mi frustración. Traté de seguir con la rutina, de no pensar demasiado, pero era casi imposible.
Durante el entrenamiento, noté que Kylian me observaba con el ceño fruncido. Al principio, lo ignoré, intentando concentrarme en los ejercicios, pero finalmente, después de un par de jugadas fallidas, lo vi acercarse.
— Arda, ¿qué te pasa? — me preguntó directamente, su voz en un tono que mezclaba preocupación y curiosidad.
Lo miré, tratando de no mostrar lo estresado que me sentía.
— No es nada, solo… — empecé a decir, pero me detuve. Kylian me miraba fijamente, con los brazos cruzados y una expresión que dejaba claro que no se tragaría ninguna excusa vaga.
— Vamos, hermano, te he visto jugar suficiente como para saber cuándo algo te está molestando — insistió, levantando una ceja — ¿Problemas con Mia?
Suspiré, mirando el césped bajo mis pies antes de responder. No quería sonar débil, pero la verdad es que no tenía con quién más hablar de esto.
— Sí… más o menos — admití finalmente — Ha estado rara, distante. Los últimos días solo me ha respondido con mensajes cortos, si es que respondía… Y ahora que estoy de vuelta en Madrid, no me responde nada.
Kylian asintió lentamente, como si estuviera procesando lo que decía.
— Eso suena complicado… — dijo, con un tono más serio— ¿Crees que has hecho algo para molestarla?
Me encogí de hombros, frustrado.
— No lo sé… He repasado cada conversación que tuvimos antes de irme, cada mensaje… y no puedo pensar en nada que haya hecho mal. Pero… no puedo dejar de pensar en que tal vez haya algo que no estoy viendo.
Kylian me observó por un momento antes de responder, su tono más suave.
— Bueno, Arda, si te está ignorando así, debe haber algo que la esté preocupando. ¿Por qué no hablas con ella directamente, cara a cara? Tal vez solo necesite tiempo, o tal vez tú necesites entender mejor qué está pasando.
