💭 act forty-five

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Stay here, honey, I don't wanna share.












Arda's pov

El aroma del café llenaba la cocina mientras terminaba de preparar el desayuno. Un día cualquiera, al menos en teoría. Pero hoy no era cualquier día; tenía partido de Champions, y no solo eso, era el partido de los octavos de final. Se sentía la tensión en el ambiente, aunque intentaba mantener todo bajo control. No quería dejar que el nerviosismo se apoderara de mí, al menos no hasta llegar al estadio.

Mia estaba todavía en la cama, probablemente disfrutando de esos minutos extra de sueño antes de que su alarma sonara. Me gustaba este pequeño ritual de las mañanas: preparar el desayuno y dejar que el sonido del café humeante y el pan tostándose la despertara suavemente.

Mientras revolvía los huevos en la sartén, mi mente ya estaba en el partido. Sabía lo importante que era darlo todo hoy. Cada paso, cada jugada contaba. No podíamos permitirnos errores, pero también tenía que mantener la calma. El equipo dependía de mí, pero también dependían de mi capacidad de ser cerebral bajo presión.

El teléfono vibró en la encimera, un mensaje de Jude.

"¿Listo para hoy, amigo?"

Solté una risa. Siempre intentaba provocarme antes de los partidos, pero sabía que era su manera de motivarnos a ambos.

Tomé un sorbo de café y justo en ese momento, escuché los pasos suaves de Mia bajando por las escaleras. Giré la cabeza y la vi entrar a la cocina, envuelta en su bata, con una sonrisa suave.

— Buenos días, futbolista estrella. —me saludó mientras se acercaba para besarme la mejilla.

— Buenos días, hermosa —  le respondí, dejando la sartén a un lado para abrazarla. — ¿Cómo dormiste?

— Mejor que tú, seguramente. ¿Estás nervioso por el partido?

Asentí, pero sin decir nada. Sabía que ella podía notar mi tensión a pesar de mis intentos por mantenerme tranquilo. Siempre lo hacía.

— Todo va a salir bien, Arda. — dijo tomando una taza de café y mirándome con esa confianza que siempre lograba contagiarme. — Tú siempre lo das todo en el campo.

— Lo sé. — respondí, intentando sonreírle. — Solo es... esos octavos de final, ya sabes, no quiero fallar.

— ¿Y cuándo lo has hecho? — replicó ella, sentándose en la barra y llevándose la taza a los labios. — Tienes talento, y tu equipo te respalda. Hoy va a ser un buen día.

𝘿𝙚𝙡𝙞𝙘𝙖𝙩𝙚 ☆ Arda Güler Donde viven las historias. Descúbrelo ahora