💭 act nineteen.

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Mia's pov

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Mia's pov

La mañana empezó con una sensación de emoción y nerviosismo. Hoy era la cita con Arda, y no podía evitar sentir mariposas en el estómago. Me vestí con un atuendo sencillo pero bonito y bajé a desayunar con mis padres.

—Buenos días — dije, tratando de contener mi entusiasmo.

—Buenos días, cariño. ¿Estás lista para tu cita? — preguntó mi madre, notando mi sonrisa.

—Sí, estoy muy emocionada. Arda ha planeado algo especial o eso espero. —dije mientras me servía jugo.

—Nos alegra verte tan contenta —dijo mi papá, sonriendo.

Después de un desayuno rápido, fui a mi habitación a terminar de arreglarme. Justo cuando terminaba, el timbre sonó. Bajé corriendo y abrí la puerta para encontrar a Arda esperando, sonriendo.

—Hola, Mia. ¿Lista para nuestra cita? —preguntó, extendiendo su mano.

—Más que lista —respondí, tomando su mano con una sonrisa.

La primera parada fue un club de golf privado. Aunque nunca había jugado golf antes, la idea me emocionaba. Arda me mostró cómo sostener el palo y hacer el swing correctamente, y nos reímos cada vez que fallaba.

—Eres una excelente estudiante —dijo Arda, sonriendo.

—Lo hice genial para ser mi primera vez —respondí, riéndome.

Hablamos de los deportes que nos gustaría practicar.

— Siempre he querido probar el tenis — dije, pensando en lo divertido que sería.

—El tenis suena genial. Tal vez podamos jugar juntos algún día —respondió Arda, mirándome con admiración.

Cuando terminamos en el club de golf y nos dirigíamos a la salida, Arda tomó mi mano. Sentí una ola de emoción y mis mejillas se sonrojaron ligeramente.

— ¿Te estás divirtiendo? — Dijo mirándome.

—Lo estoy disfrutando mucho —respondí, mirándolo con gratitud.

— Me alegra que te esté gustando el día — dijo Arda, apretando suavemente mi mano.

Nuestra siguiente parada fue un parque donde Arda había preparado un picnic. Nos sentamos en una manta suave y disfrutamos del paisaje. Después de un rato, Arda se levantó y dijo que volvería en un momento. Cuando regresó, traía un ramo de flores.

—Aquí tienes, británica — dijo, entregándome las flores.

Entre las flores tenía escrito: "¿Puedo ser tu novio?"

Me sentí muy emocionada y miré a Arda, quien estaba un poco tímido.

—En realidad, todo iba a ser más romántico, pero Jude y Brahim son pésimos organizadores — dijo Arda, sonriendo nerviosamente— Bien, ya leíste lo que dice, pero quiero decírtelo en persona: ¿Puedo ser tu novio?

𝘿𝙚𝙡𝙞𝙘𝙖𝙩𝙚 ☆ Arda Güler Donde viven las historias. Descúbrelo ahora