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En dónde arda solo quiere conocer a la divertida estudiante de medicina
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Dónde Mia huye de los deportistas, pero cae ante el tímido turco del Real Madrid
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Mia's pov
Estaba en mi habitación, observando cómo los minutos pasaban lentamente en el reloj. La ansiedad me estaba matando. Sabía que Arda vendría pronto a buscarme para llevarme a la carne asada con su familia, pero no podía evitar sentir un nudo en el estómago.
"Tranquila, Mia," me repetía a mí misma en voz baja, mientras revisaba mi bolso por enésima vez para asegurarme de que tenía todo lo necesario. Estaba nerviosa, no solo por conocer a la familia de Arda, sino porque últimamente había estado sintiendo cosas por él que no sabía cómo manejar.
Finalmente, escuché el timbre de la puerta y di un salto. Mi corazón comenzó a latir más rápido mientras bajaba las escaleras. Al abrir la puerta, ahí estaba Arda, con su sonrisa tranquilizadora.
— Hola, británica —dijo, guiñándome un ojo—. ¿Lista?
Asentí, tratando de calmar mis nervios. Nos dirigimos al coche, y durante el trayecto, Arda intentó mantener una conversación ligera para distraerme, lo cual agradecí. Cuando llegamos a su casa, una acogedora vivienda con un jardín bien cuidado, mis nervios se intensificaron.
— No te preocupes —dijo Arda, notando mi tensión— Mi familia es muy amable, te van a encantar.
Al entrar, me recibió un delicioso aroma a comida casera. La primera en saludarme fue su hermana, Nurgül, una joven de mirada cálida y sonrisa sincera.
—¡Mia! He escuchado tanto de ti. Es un placer conocerte —dijo, abrazándome ligeramente. Su energía era contagiosa y me hizo sentir un poco más cómoda.
Poco después, apareció su madre, Serap, una mujer elegante y con una amabilidad palpable en sus ojos.
—Mia, bienvenida a nuestra casa. Arda nos ha hablado mucho de ti —dijo, dándome la bienvenida con un abrazo.
Finalmente, conocí a su padre, Ümit, un hombre alto con una presencia imponente pero una sonrisa afable.
—Bienvenida, Mia. Espero que disfrutes de la comida y de nuestra compañía —dijo, estrechándome la mano.
La amabilidad de su familia comenzó a disipar un poco mis temores. Nos dirigimos al jardín, donde ya estaban preparando la carne asada. El ambiente era relajado y familiar, algo que me hizo sentir nostalgia por mis propios encuentros familiares.
Arda estaba ayudando a su padre con la parrilla, y de vez en cuando lanzaba miradas y sonrisas en mi dirección. Sentada en la mesa del jardín con Nurgül y Serap, intentaba calmar mis nervios. Ellas parecían tan genuinamente interesadas en conocerme que era difícil no sentirse acogida.
—Mia, cuéntanos un poco sobre ti —dijo Nurgül, sonriendo— ¿Qué estás estudiando?
—Estoy estudiando medicina —respondí, sintiendo que mi pasión por la materia comenzaba a calmar mis nervios— Siempre me ha encantado ponerme retos y ayudar a los demás entonces siento que podría ser una buena doctora.
