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Doce años

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Doce años

Todo se sentía tan poco familiar, era como si estuviera viviendo en una película de Hollywood, de esas donde la chica nueva recién mudada no conocía la nueva escuela y necesitaba la ayuda de alguien que ya conocía a la perfección el lugar, resultando más adelante que esas dos personas se hacían mejores amigos o directamente se enamoraban.

Rio, sabía perfectamente que eso jamás iba a pasar, todo era un invento para que los adolescentes vivieran engañados de que todo sería perfecto cuando claramente no era así.

Y menos porque ese no era su primer día en ese lugar, pero de igual forma se sentía poco familiar, extraño.

Llevaba una semana yendo a esa secundaria y dos meses y medio viviendo en California. Sí, recién había iniciado el ciclo escolar ahí, en primer grado. La única parte buena que veía era que no había perdido clases en su anterior escuela, pues por suerte el ciclo escolar había acabado unos días antes de irse, aunque eso sí, no tuvo fiesta de graduación ni nada por el estilo ya que no se dio el tiempo.

Puede que haya sobrevivido lo suficiente como para poder hacerlo los días, meses o años que fueran necesarios hasta que sus padres decidieran volver a Corea, si es que lo hacían, pero ella ya se había hartado. Estaba cansada, no quería estar ahí, no era lo mismo, no se comparaba a su vida en Corea.

Claro, Corea no era el mejor país para vivir, ni de locos, pero ahí había crecido, ahí había conocido a su mejor amiga que creía iba a ser para toda la vida.

La extrañaba, claro que la extrañaba. Ella había sido la primera amiga que había tenido en su corta vida.

No era que no hubiese hecho amistades ahí, pues las logró hacer el primer día sin problema ya que era extranjera y a más de uno le daba curiosidad su procedencia, pero no era lo mismo... Nada era lo mismo.

Los pasillos de la nueva escuela eran amplios y llenos de estudiantes que hablaban en inglés, un idioma que aún le costaba dominar. Había tenido que tomar clases de inglés obligatorias, lo cual le resultaba frustrante; ella odiaba el inglés, no le gustaba porque le costaba entenderlo y todo era muy confuso.

Suspiró, aún recordando vívidamente la última llamada que tuvo con Yeji después de que sus padres discutieran un día antes de irse del país, pues su vuelo salía temprano en la mañana.

De verdad había hecho todo lo posible para evitar la mudanza, pero no pudo. La voz de su padre todavía resonaba en su cabeza...

"Es necesario irnos, Ryujin. Punto."

Después de esas palabras, las cuales gritó muy enojado porque prácticamente su hija había hecho el mayor berrinche que jamás había hecho, subió corriendo a su cuarto, llorando a mares, pero aún así llamó a Yeji, diciéndole entre sollozos que lo sentía, que no había podido mantener su promesa.

best friend | ryejiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora