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Ryujin caminaba de vuelta a su dormitorio con el corazón pesado

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Ryujin caminaba de vuelta a su dormitorio con el corazón pesado. Las palabras de Yeji resonaban en su cabeza como eco. Se sentía confundida, dolida, pero sobre todo, triste. ¿Cómo habían llegado a ese punto? Ellas solían ser inseparables, pero ahora... parecía que cualquier cosa que dijera o hiciera solo empeoraba la situación.

Al llegar a su dormitorio, tiró el pequeño bolso que traía en el suelo y se dejó caer en la cama, sintiendo que su cuerpo pesaba más de lo habitual. No tenía ganas de hacer nada. Cerró los ojos, tratando de bloquear las imágenes de la discusión, pero todo lo que conseguía era revivir cada palabra y mirada de decepción en el rostro de su mejor amiga.

¿Cómo es que eso salió tan mal?

De repente, su teléfono vibró. Lo tomó con desgano, esperando que fuera algún mensaje de su grupo de clase o algo irrelevante. Sin embargo, cuando vio el nombre en la pantalla, su corazón dio un pequeño vuelco.

Era Lee Chaeryeong.

—Hola, Ryu. ¿Cómo va todo? —la voz de la chica sonaba alegre al otro lado de la línea, pero Shin no tenía fuerzas para responder de la misma manera.

—Bien —dijo con tono apagado, tan seco que hasta ella misma se sorprendió.

—¿Segura? —preguntó, captando al instante que algo no andaba bien—. Estás sonando un poco... rara.

Ryujin cerró los ojos, deseando no tener que explicar nada. No quería hablar de lo que había pasado con Yeji, no ahora, no cuando todo era tan fresco. Pero antes de que pudiera inventar alguna excusa, escuchó la voz firme de su amiga.

—Ryu, ¿qué pasa? No me mientas, sé que algo está mal... ¿Es por Yeji? ¿Salió mal y se volvieron a pelear?

No contestó de inmediato. Hubo un silencio incómodo entre ambas, hasta que finalmente Chaeryeong rompió la tensión.

—¿Sabes? En realidad quería invitarte a salir al centro comercial o algo por el estilo, pero viendo cómo estás, se cancelan todos esos planes... ¿Estás en tu dormitorio, cierto? —Ryujin solo pudo articular un sonido afirmativo con su garganta—. Bien, quédate ahí donde estás, voy para allá —dijo con decisión, colgando antes de que Shin pudiera protestar.

Ryujin suspiró, resignada. Sabía que cuando Chaeryeong se proponía algo, era imposible detenerla. Se levantó de la cama y se dirigió hacia la pequeña ventana del dormitorio, mirando hacia el campus. La luz del atardecer comenzaba a desvanecerse, y todo el ambiente tenía un tono melancólico que solo hacía que su tristeza se sintiera más profunda.

Unos minutos después, escuchó unos ligeros golpes en la puerta. Era Chaeryeong. Ryujin no se molestó en fingir una sonrisa cuando abrió.

—Ey —dijo Lee suavemente al entrar—. Sabía que algo no andaba bien.

best friend | ryejiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora