Desde la primera vez que se conocieron, Ryujin y Yeji han sido inseparables, pasando la mayor parte del tiempo juntas. Pero justo cuando todo parecía ir perfecto, sus vidas cambiarán cuando Ryujin se vea obligada a mudarse a otro país, donde se dará...
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Ryujin llevaba varios minutos parada frente al espejo, ajustándose la chaqueta por enésima vez. Se miraba una y otra vez, repasando cada detalle de su ropa. No era su estilo ir completamente formal, pero quería verse bien.
Era su primera cita con Yeji, una primera cita de verdad, y aunque aún no se habían definido como pareja, sabía lo importante que era esto.
Desde que habían aclarado sus sentimientos, Ryujin no dejaba de pensar en lo que vendría después. Recordaba con exactitud el último día que habían ido juntas al parque de atracciones. En ese momento, justo antes de entrar a la universidad, cuando había reunido el coraje para confesarle sus sentimientos a Yeji... solo para que ella lo ignorara.
Aquel era un recuerdo amargo, pero ahora las cosas eran diferentes, y Ryujin quería que este día fuera perfecto.
Se ajustó la chaqueta una vez más y respiró hondo, sintiendo cómo los nervios le recorrían el cuerpo.
La idea de ver a Yeji, de pasar todo un día con ella, era emocionante y aterrador al mismo tiempo. Sabía que no necesitaba impresionar a Yeji, que su conexión era fuerte, pero parte de ella deseaba que esta cita fuera inolvidable.
—Lo haré bien —se dijo a sí misma en voz baja, mirándose al espejo con determinación. Luego, agarró las llaves y salió de su habitación.
El camino hacia el dormitorio de Yeji fue entre emocionante, nerviosa y ansiosa. Llegó a la puerta, respiró hondo y llamó con suavidad.
Loharé bien.
Loharé bien.
Después de unos segundos, la puerta se abrió, revelando a su mejor amiga con una sonrisa tímida. Llevaba un atuendo casual, pero encantador, y Ryujin no pudo evitar sonreír. Siempre le había parecido hermosa, pero ahora, sabiendo lo que sentía por ella y lo que Yeji sentía en retorno, todo parecía brillar más.
—Hey —dijo Shin, tratando de mantener la calma, aunque su corazón latía con fuerza.
—Hey tú —respondió la contraria, sonriendo—. Te ves... diferente. Bastante bien.
La menor rio, sintiéndose un poco avergonzada por haber intentado tanto impresionar a Hwang.
—Bueno, es una ocasión especial, ¿no? —contestó, rascándose la nuca—. Quiero decir, es nuestra primera cita oficial. Una cita romántica.
Yeji asintió, y por un momento ambas se quedaron en silencio, saboreando la palabra "cita".
Era emocionante, pero también daba un poco de vértigo. Sin embargo, ese tipo de nervios eran buenos, eran una señal de lo importante que era este momento para ambas.
—¿Vamos? —preguntó Yeji finalmente, sonriendo mientras cerraba la puerta detrás de ella.
—Vamos —respondió, y ambas se dirigieron al parque de atracciones.