Cariño, ¿por qué eres así conmigo?

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A la mañana siguiente, Sung despertó por la luz que entraba por la ventana y alumbraba a la pareja.

─ Min, min ─ hablo y puso su cabeza en el pecho del mayor, quien sonrió y le dio unos cuantos mimos. ─ Tengo mucho sueño.. ─ dijo entre balbuceos.

Jisung talló sus ojitos, quienes poco a poco iban despertando para admirar la belleza de el peli morado.

─ ¿Estas bien? ─ preguntó Lee con preocupación.

─ Me duele la cabeza.. ─ susurró débil.

─ Ay, le diré a tu mamá, haber si tiene algo ─ dijo saliendo de la habitación luego de haberle dado un pequeño beso.

Regresó con pastillas y un vaso de agua para su esposo. ─ Esto debes de tomar, y rápido, si no, no hará ningún efecto

─ ¿¡Debo de tomarme eso!? ─ preguntó Jisung con la boca abierta.

─ Sí, y no me digas que sabe mal, te conozco ─ respondió Minho, dejó el vaso y tomó la cara de Han en sus manos. ─ No sabe tan mal, así que esta bien para que te lo tomes

─ “Tan” ─ remarcó lo dicho por su mayor. Rodeó los ojos y se atrevió a tomarse la pastilla, aunque sólo lo hacía por Lee.

─ Que asco.. ─ dijo y hizo una expresión de disgusto.

Minho lo cargó y se lo llevó hacia abajo, en donde estaba la madre de Han.

─ Buenos días ─ saludo Jisung con la mano.

─ Buenos días, hijo ─ respondió el saludo.

El peli azul se bajó del mayor y se sentó para así comer.
Desayunaron tranquilamente, y luego los dos chicos se despidieron para irse a la Universidad.

. . . .

En la Universidad Han se fue con su grupo, en donde se llevó una sorpresa al ver cómo estaban reunidos todos.

─  ¿Sucedió algo? ─ pregunto Lee por Jisung, quien tenía una clara confusión en su rostro.

─ No, solo decidimos que los dos grupos se unieran ─ respondió Felix.

─ ¿De verdad? ¡Yeii!

Sung se sentó encima del peli morado, quien estuvo junto a él todo el rato. Gracias a que  los dos grupos se unieron, ahora pueden estar todos juntos.

Jisung que estaba encima de Minho, comenzó a ser “un poco” travieso.. Empezó con movimientos en círculos sobre la entrepierna de su esposo, para luego dar algunos saltos.

Realmente no les importa nada. Son vulgares.

─ Han, no conocía esa parte tuya ─ comentó Seungmin.

─ ¡Sucios! ¡Vayan al baño o yo que se! ─ exclamó Jeongin haciendo reír a todos. Excepto para la pareja, quienes solo rodaron los ojos y siguieron en su mundo.

─ Te amo mucho..─ susurró Han en el oído de su mayor. ─ ¿Quieres ir al baño? ─ le preguntó Lee.

─ Tonto, pero bueno ─ se levantó y agarro de la manga a el peli morado.

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Después de la acción Han se veía notablemente cansado y desarreglado.

─ Dios, Minho.. ¡Lo mataste mira! ─ hablo Jeongin señalando a Jisung, quien estaba en el piso, pues le faltaban fuerzas.

─ El pidió más ─ respondió. Le dio una nalgada al peli azul y lo cargó. ─ Será mejor que lo vaya a dejar a su casa. Nos vemos