🌹La Princesa & El Ladrón🌹

🌹 Capítulo 64🌹

Kakashi y Sakura se alejaban de las caballerizas y se dirigían a la casa, Kakashi estaba muy furioso, sin darse cuenta estaba jalando un poco brusco de la mano a Sakura.

—Kakashi, espera, me estás lastimando —dijo Sakura tratando de mantener el ritmo mientras se liberaba de su agarre.

Kakashi frenó en seco y soltó la mano de Sakura, girándose hacia ella con el ceño fruncido.

—Lo siento —murmuró, suavizando su expresión— Pero no puedo soportar la presencia de Obito en la casa.

Sakura asintió, pero no le gustaba verlo así.

—Kakashi, calma, no dejaré que haga nada. Pero no puedes actuar de esta manera —dijo Sakura, tratando de apaciguar su furia.

Kakashi respiró hondo, pero la ira seguía ardiendo en sus ojos. Justo cuando se disponían a entrar en la casa, vieron a Obito entrar a la casa, habia terminando de llevar a los caballos a sus establos, entraba a la casa con una sonrisa desafiante en su rostro, ya que quería seguir molestandi a Kakashi.

—Kakashi, sabía que no podrías soportarlo, digo, fui mas hombre que tu con Hanare, incluso podia serlo con Sakura. —dijo Obito coqueteando un poco a Sakura para provocarlo.

Eso hizo enojar aún más a Kakashi, no le gustaba que se estuviera metiendo con Sakura, ya que ella fue la única que quería ayudarlo.

Obito desenfundando su espada con un movimiento fluido.

— Propongo un trato. Si gano, me quedo en esta casa para siempre. Pero si pierdo, me iré esta misma noche y nunca volveré.

Kakashi apretó los dientes, sus ojos centelleando con determinación.

—Acepto —respondió Kakashi sin dudar, desenvainando su propia espada— pero no aquí, afuera.— Estaba muy asustada.

Todos se asomaron y escucharon que iba haber una pelea, ambos salen de la casa, Sakura estaba demasiado nerviosa y asustada de lo que pudiera pasar.

Todos fueron hacia el patio para ver lo que iba a pasar, Rin se preocupo por Obito, todos estaba mirando lo que estaba apunto de pasar, Sakura tenía sus manos en posición de rezo.

— Dios mío, que no le pase nada a Kakashi.

El aire se llenó de tensión cuando ambos se miraron fijamente, cada uno evaluando al otro. Sin previo aviso, Obito se lanzó hacia Kakashi con un ataque rápido y feroz. Kakashi bloqueó el golpe con facilidad, sus movimientos eran precisos y calculados.

El sonido del metal chocando contra metal resonaba en el claro frente a la casa. Kakashi contraatacó, obligando a Obito a retroceder. Los movimientos de Kakashi eran una combinación de fuerza y gracia, cada golpe dirigido con una precisión letal.

Obito intentó varias fintas y maniobras, pero Kakashi las anticipaba todas, respondiendo con una velocidad y habilidad superiores. Era evidente que Kakashi era el mejor espadachín del grupo de ladrones, sus años de entrenamiento y experiencia brillaban en cada intercambio.

Finalmente, en un movimiento rápido y decisivo, Kakashi desarmó a Obito, su espada volando por los aires antes de clavarse en el suelo. Obito cayó de rodillas, jadeando, derrotado.

—Nunca tuviste una oportunidad —dijo Kakashi, su voz baja pero firme amenzandolo con las espada.

Obito levantó la vista, sus ojos llenos de odio y resentimiento.

—Esto no ha terminado, Kakashi —gruñó Obito.

— Tienes todo lo que queda de día para largarte.